Con la oración de sanación de las heridas emocionales levanta tu mirada hacia el Médico de médicos. Necesitas la sanación de Dios.
La oración de sanación de las heridas emocionales es necesaria en la vida de cada uno, puesto que la vida no siempre está llena de felicidad y alegría siempre, hay momentos en los que necesitamos conversar con Dios y expresarle nuestras sensaciones, nuestras heridas no sanadas, todos los momentos dolorosos por los que atravesamos para buscar así una transformación.
Generalmente, implorar y expresar todas nuestras emociones en una oración de sanación puede ser una cosa difícil de lograr. Nos resulta difícil creer que Dios puede sanar en un sentido emocional o espiritual a través de una simple oración, sin embargo, Él todo lo puede.
Una oración de sanación de las heridas requiere que nos relacionamos con el Creador, que nos conectemos con su gracia santificadora que siempre se está derramando, renovando y transformando a muchos en el mundo
EL mismo Jesús dijo muchas oraciones de sanación, milagrosamente, provocaba que el enfermo se recuperara. Hoy en día nuestro Señor sigue derramando su bálsamo curativo sobre cada uno de nosotros si le pedimos con fe. Recordemos las palabras poderosas del Ángel Gabriel:
"No hay nada imposible para Dios" Lucas 1,37
¿Necesitas la sanación de las heridas de parte de Dios? Levanta tu mirada al Cielo, hasta el Gran Médico de médicos, hacia nuestro Señor Jesucristo, con esta oración de sanación de las heridas emocionales de la infancia, ábrele tu corazón para recibir su bendición y su sanación.
Oración de sanación inicial
Señor, Tú invitas a todos los que están agobiados a que acudan a Ti. Permite que tu mano sanadora se pose sobre este humilde pecador y me sane. Toca mi alma con tu compasión por los demás; toca mi corazón con tu amor infinito; toca mi mente con tu sabiduría para que mi boca siempre proclame tu alabanza.
Enséñame a llegar a Ti en todas mis necesidades, y ayúdame a guiar a otros hacia Ti a través de mi testimonio de vida.
Oh sacratísimo y amoroso Corazón de Jesús, tráeme la salud en cuerpo y espíritu para que pueda servirte con todas mis fuerzas. Sanas mis heridas y toca suavemente, con tu poder, esta vida que has creado, ahora y siempre.
Amén.
Oración de sanación de las heridas emocionales de la infancia
En el nombre del padre y del hijo y del espíritu santo. Amen.
Padre celestial de Ti proviene toda bendición en el cielo y en la tierra. Quiero pedirte perdón en este momento por todos mis pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Especialmente Señor, te pido perdón por todas las cosas que he dejado de hacer, ese pecado de omisión, por lo que no he hecho correctamente y por aquello que he intentado hacer y dejado a medio camino
Te pido perdón Señor porque te he fallado, reconozco que muchas veces no me siento capaz, que a veces estoy tan alejado de Ti, tan frio, tan distante, que no amo con todas las fuerzas con las que debería amar, que no uso todos mis talentos tanto como los debería usar
Señor, quiero unir ahora mi oración con la Iglesia del cielo, con la Virgen María, los santos y todos los ángeles. Me uno con esta oración a la Iglesia del purgatorio, con las benditas almas del purgatorio. Me uno a la Iglesia peregrina de la tierra, con el Papa Francisco, con los religiosos y religiosas, los laicos, con todos los mártires que están ofrendando sus vidas en todos los rincones del mundo.
Quiero unir también mi oración a todas las Eucaristías que se celebran en este momento en todas las Santas Misas, y en la patena de esas Eucaristías, pongo todas mis intenciones de ser mejor un cristiano, de poder entender el mensaje profundo de tu Palabra, de poder ser sanado por tu divino amor
Señor, ayúdame a entender y a sanar las heridas en lo profundo de mi corazón, ayúdame Señor a entender todo el dolor profundo que habita allí en mi corazón y todo lo que tengo que sanar para no juzgar, para poder ser mejor cada día, crecer y dominar todo aquello que sale de mi boca
Ven amado mío, entra en lo profundo de mi corazón y quédate allí. Humildemente te pido que vengas a tomar toda esa gran cantidad de dolor que guardo desde el momento de mi concepción, desde mi estancia en el vientre materno hasta toda mi infancia. Toma todo ese dolor de abandono, de agresión física o verbal o de abuso sexual y con tu poder llévatelos y sánalos
Señor solo Tú conoces la totalidad de mis heridas, y te pido humildemente que me las reveles, que abras mi inteligencia, mi conciencia, mi memoria y mi voluntad para poder reconocer estas heridas y sanarlas en tu Santo Nombre
Toma este dolor que siento por ser abandonado por mis padres, toma este dolor que siento por ser agredido por mis padres o un pariente cercano, toma este dolor de abuso Señor. Ven y sana lo profundo de mi corazón, toma esas heridas, ese dolor y límpiame, purifícame, sáname.
Oh Santísima Virgen María, tú que tienes el poder de ser ese acueducto divino de la gracia, de ser una conductora celestial de la gracia divina, te pido con mucha humildad que me cubras con tu manto y me brindes esa misma protección que tuviste con el Niño Dios, que sanes esas heridas de abandono, de dolor, de tristeza, de soledad, de falta de apoyo y de agresión que padecí en mi infancia.
Oh Virgen Santa de Belén, ven en mi auxilio y ayúdame a sanar esas heridas tremendas causadas por la falta de afecto, que sanes los dolores del maltrato, del sufrimiento, de esos azotes que recibí de niño, de esa corona de espinas que como niño sufrí con la pasión de Cristo,
Oh Señor mío, por los méritos de tu Pasión, muerte y resurrección, te pido que mis súplicas sean elevadas hasta el Padre bueno, para que yo pueda ser sanado de los dolores, de las heridas, de las angustias y de los rencores que habitan en mi alma.
Señor, porque Tú eres bueno, misericordioso, santo, te doy gracias por todo lo que me das a entender al abrir mi corazón. Te doy gracias por todo el amor que Tú repartes en tu bondad infinita. Te doy gracias porque me amas, porque me cuidas, porque me proteges, porque eres Todo para mí, porque soy tan poco y Tú eres tan grande y amoroso.
Tú eres el amor puro, Tú todo lo llenas y los transformas, por eso, quiero abrir por completo mi corazón herido para que Tú entres y te hagas el dueño de esas heridas, las pongas en las llagas de tu costado, en los huecos de los clavos, de las manos y los pies, en las heridas que causaron las espinas en tu cabeza, unir tus dolores a los míos y desvanecerlos con tu gracia poderosa
Señor, imploro tu misericordia sobre mí para que me cuides, para que seas mi escudo, para que me llenes completamente de Ti
Gracias Señor, porque eres bueno, gracias porque tu misericordia es infinita, gracias porque me amas, amas a todos tus hijos de una manera infinita. Gracias Señor por tanto amor.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amen.