San Cayetano es patrono del pan, del trabajo y de los desempleados, fundó un banco para ayudar a los pobres: Encuentra empleo digno con su Novena
Novena a San Cayetano para conseguir trabajo, empleo digno.
San Cayetano fue ordenado sacerdote en 1516, dejó la corte y se dedicó por completo al servicio del Señor, con sus propias manos se dedicó y atendió a los enfermos y en sus obras, mostraba tal celo por la salvación de sus semejantes que era llamado el "cazador de almas." Esta es la Novena a San Cayetano para conseguir trabajo o empleo digno.
Breve historia de San Cayetano.
San Cayetano a menudo oraba ocho horas al día. En 1524, él fundó una comunidad de sacerdotes que iban a llevar una completa vida apostólica. Miraban con desdén toda pertenencia terrenal, no aceptaban salarios de ninguno de los fieles; solo de aquellos que les habían donado libremente y solo conservaban algunos medios básicos de subsistencia.
Fundó, además, un banco para ayudar a todos los pobres y con eso, ofrecía una buena alternativa a los usureros (tiburones de préstamo) quienes ahogaban a los necesitados en altísimos intereses. Más tarde, este banco se convertiría en el Banco de Nápoles. San Cayetano se preocupaba muchísimo por los desempleados, a tal punto que les él daba la ayuda financiera necesaria en sus momentos de mayor necesidad con intereses bajísimos. Por esto, es se hizo su patrón. Su fiesta se celebra el 7 de agosto.
¿Te encuentras desempleado y buscando empleo desde hace mucho tiempo? ¿Has consultado la bolsa de trabajo de tu localidad y no consigues éxito alguno? ¿Cansado de repetir "busco empleo", "busco trabajo", "trabajo en lo que sea", "trabajo de medio tiempo" y has acudido a todas las ofertas de empleo, oficinas de empleos, portal de empleos y a muchas entrevistas de trabajo? Es hora de poner tu fe en Dios y buscar la intercesión de este santo patrono de los desempleados.
Novena a San Cayetano por un empleo.
La estructura de la novena es como sigue:
- Señal de la Cruz.
- Acto de Contrición.
- Oración de todos los días.
- Reflexión correspondiente al día.
- Oraciones finales.
1. Señal de la Cruz.
Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
2. Acto de Contrición.
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
3. Oración para todos los días.
Oh Glorioso San Cayetano, tú estudiaste para ser un abogado defensor, pero cuando sentiste que el Señor te estaba llamando a su servicio, lo abandonaste todo y te hiciste sacerdote. Te destacaste con grandes virtudes, rechazando todas las recompensas materiales por tu trabajo, ayudando a muchas personas sin empleo en tu tiempo. Tú otorgaste préstamos con intereses bajísimos y atrajiste a una gran cantidad de benefactores que donaron sus recursos para que tú pudieras seguir con tus actividades. Míranos con misericordia. Deseamos encontrar un empleo pueda ayudar a nuestras familias a vivir con dignidad. Escucha nuestras súplicas, Amado santo, tú que fácilmente pudiste renunciar al plato de comida en tu mesa para ayudar a los necesitados, te pido humildemente que eleves nuestras peticiones al Señor Jesús.
Aquí se hace la petición.
Rezar el Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
San Cayetano, ora por nosotros. Amén.
4. Oración para cada día de la Novena.
6. Oración final.
Para obtener la gracia que se pide a través de la intercesión de San Cayetano, reza 3 Padre Nuestro a la Santísima Trinidad.
Oración compuesta por San Cayetano.
"Mira, Señor, desde tu santuario, desde tu morada en el Cielo, en lo alto, y contempla esta sagrada Víctima que nuestro gran Sumo Sacerdote, tu Santo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te ofrece por los pecados de sus hermanos y se apacigua a pesar de la multitud de nuestras transgresiones. He aquí la voz de la Sangre de Jesús, nuestro Hermano, que te clama desde la cruz. Escucha, Señor. Sé apaciguado, oh Señor. Escucha y no te demores por tu propio bien, oh Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre esta ciudad y sobre tu pueblo, y trata con nosotros según tu misericordia. Amén. Te suplicamos que defiendas, pacifiques, mantengas, preserves y bendigas esta ciudad, te rogamos que nos escuches".
San Cayetano, ruega por nosotros.
(Día 1): Oración del primer día.
Antes de rezar la oración para el día 1, recuerda rezar las oraciones iniciales.
Oh San Cayetano, tú fuiste un verdadero modelo de virtudes entre los sacerdotes de tu tiempo. Nunca buscaste recompensa o pago alguno por tu ministerio, y enseñaste a las personas a rezar el rosario y a desarrollar el hábito de las devociones a los santos. Tú fuiste verdaderamente un pastor espiritual, y tu preocupación estuvo dirigida siempre a la salvación de las almas. Pero a pesar de todo esto, también estabas consciente de que con los estómagos hambrientos, los fieles tendrían serias dificultades en la comprensión de la Palabra de Dios. Te embarcaste en la hermosa aventura de ayudarlos, no solo dándoles pan, sino ayudándolos a ganarse la vida mediante el trabajo digno. Míranos con compasión, oh glorioso santo. Tenemos muchas personas desempleadas en medio de nosotros y sus familias atraviesan por hambre y necesidad. Te pedimos que nos guíes, a padres y madres, que estamos en la búsqueda de un trabajo con el que podamos sostenernos como familia. Amén.
Reza ahora la Oración final
(Día 2): Oración segundo día.
Antes de rezar la oración para el día 2, recuerda rezar las oraciones iniciales.
A pesar de tu apretada agenda, oh querido santo, tú pasabas ocho horas al día en la oración. Tu felicidad consistía en estar unido con Jesús, degustar su presencia en la Eucaristía. Guíanos para que también nosotros seamos como tú y le demos prioridad a la oración en nuestra vida. Permítenos disfrutar de la presencia de Jesús y ayúdanos a ser contemplativos como tú. Inspíranos a entender que la oración no es solo pedir a Jesús por nuestras necesidades, sino estar con Él, deleitándose en su presencia. Te pedimos, oh querido santo, que nos lleves en esta dirección, para que también nosotros podamos aprender a deleitarnos en la presencia amorosa y protectora de Jesús. Amén.
Reza ahora la Oración final
(Día 3): Oración del tercer.
Antes de rezar la oración para el día 3, recuerda rezar las oraciones iniciales.
Desde tu muerte, querido San Cayetano, los desempleados del mundo han buscado tu intercesión. El trabajo es una de las claves para una vida feliz. Mira con piedad a millones de personas en nuestro país que se despiertan cada mañana sin la certeza de encontrar la comida para sus familias, ya que no tienen trabajo. Estas personas se convierten en víctimas de la desesperación y algunos incluso recurren a delitos para sobrevivir. Ayudar a nuestros gobernantes a formular políticas que traigan empleo y bienestar. Tú que estableciste un banco para los necesitados inspirar a los líderes políticos para que amplíen préstamos y ayuda financiera a los pobres para que puedan atender a las necesidades básicas de sus familias. Amén.
Reza ahora la Oración final
(Día 4): Oración del cuarto día.
Antes de rezar la oración para el día 4, recuerda rezar las oraciones iniciales.
O Glorioso San Cayetano, al igual que aquella sociedad en la que viviste, nosotros también estamos acosados por el mismo conjunto socioeconómico en donde los pobres son cada vez más pobres y los ricos, más ricos. Tú ayunaste de manera que, el dinero ahorrado, lo pudiste utilizar para comprar comida para los pobres, no aceptaste ningún tipo de pago por tu ministerio, debido a que tú querías que la gente ayudara a los necesitados. Viviste muy modestamente debido a que quisiste enseñar a los ricos sobre la necesidad de compartir. Mira con piedad a nuestra sociedad en la que se desperdician recursos en la compra de bienes inútiles, mientras que los pobres y los necesitados entre nosotros no han recibido los artículos de primera necesidad. Inspíranos a compartir para que nadie entre nosotros pase hambre, y que todo el mundo pueda vivir con dignidad. Amén.
Reza ahora la Oración final
(Día 5): Oración del quinto día.
Antes de rezar la oración para el día 5, recuerda rezar las oraciones iniciales.
Oh Glorioso San Cayetano, tú que pasabas largas horas ayudando a los enfermos y trabajaste hasta el agotamiento para ayudar a las víctimas de plagas que eran muy frecuentes en tu tiempo. Tú cuidaste de los enfermos no solo para curarlos, sino para guiarlos hacia una muerte feliz. Tú quisiste sus almas y corazones, no sus cuerpos. Ayúdanos a entender que tenemos que prepararnos para una buena muerte. Que nosotros podamos ver también que la más terrible enfermedad que podemos tener es nuestro pecado, y siempre tenemos que examinarnos a nosotros mismos por los pecados que cometemos a diario. Inspíranos a tener el corazón arrepentido para que siempre podamos estar preparados para recibir al Señor. Amén.
Reza ahora la Oración final
(Día 6): Oración del sexto día.
Antes de rezar la oración para el día 6, recuerda rezar las oraciones iniciales.
O humilde San Cayetano, Tú hablaste con gobernantes y reyes, pero nunca les diste mucha importancia. Tú sabías que el prestigio, el honor y las posiciones en la sociedad solo podrían ser buenas si eran usadas para ayudar a los necesitados y a los pobres. Por esta razón, tú también confrontaste a tiranos y estuviste en contra de los ejércitos que saquearon, asesinaron, y violaron. Tu humildad no te impidió convertirte en un profeta. Tú solo temías de Jesús. Ayúdanos a ser humildes y modestos, sabiendo que ante Dios, nosotros somos nada. Solo podemos ser alguien si nos encontramos de cerca con Jesús. Inspíranos a seguir sus pasos para que nosotros también podamos luchar por la justicia y ayudar a detener la corrupción en nuestro gobierno. Amén.
Reza ahora la Oración final
(Día 7): Oración del séptimo día.
Antes de rezar la oración para el día 7, recuerda rezar las oraciones iniciales.
Oh Glorioso San Cayetano, tus incesantes ayunos y penitencias ayudó a mucha gente a entender que Dios debe ser amado por sobre todas las cosas y por encima de todas las personas. Te sacrificabas para que nada ni nadie pudiera bloquearte en amar a Dios con toda tu alma, mente, corazón y cuerpo. Al comer poco, mostraste a los demás que el hombre no vive solamente de pan. Renovaste la fe de muchas personas, tocaste sus corazones, y ayudaste en mucho a la reforma de la Iglesia. Inspíranos a ayunar y hacer penitencia por nuestros pecados. Infúndenos el espíritu de sacrificio para que nosotros, también, podemos amar a Dios intensamente como tú lo hiciste. Amén.
Reza ahora la Oración final
(Día 8): Oración del octavo día.
Antes de rezar la oración para el día 8, recuerda rezar las oraciones iniciales.
Oh Glorioso San Cayetano, te dolía ver la Iglesia Católica dividida en grupos hostiles. Tú siempre oraste por la unidad en la Iglesia, pidiendo laicos, sacerdotes y obispos para que apoyaran al Papa a través de la predicación, la oración y el sacrificio. Tú viste a la Iglesia como esposa de Cristo, el sacramento por el cual los hombres y las mujeres pueden llegar a ser santos. Tú trabajaste muy duro para que muchos protestantes regresaran a la Iglesia Católica, y predicaste contra los reformadores que atacaban el corazón de las enseñanzas católicas. Enséñanos a continuar trabajando por la unidad de la Iglesia y, al mismo tiempo, defenderla de sectas y movimientos religiosos que la atacan constantemente. Inspíranos a seguir tu camino. Amén.
Reza ahora la Oración final
(Día 9): Oración del noveno día.
Antes de rezar la oración para el día 9, recuerda rezar las oraciones iniciales.
Oh Glorioso San Cayetano, Tú recibiste muchas bendiciones especiales de Jesús, visiones y experiencias místicas debido a tu unión íntima con Él. Al contemplar el misterio de la encarnación, María se te apareció y puso en tu regazo al Niño Jesús. Sostuviste al bebé e hiciste de tu corazón su dulce morada. Jesús te amó verdaderamente y su Madre Santa confió en ti. Escucha nuestras súplicas en este último día de nuestra novena y preséntaselas al Niño Dios. Demuéstranos que ahora en el cielo tú estás más cerca de Jesús y escucha tus ruegos. Amén.
Reza ahora la Oración final.
Oraciones de la Novena.
Recursos sobre San Cayetano.
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