Al hacer la autopsia al cuerpo de Santa Teresa de Ávila encontraron en su corazón una cicatriz profunda causada por la espada del ángel en la transverberación
12 Asombrosos Sucesos sobre la Vida de Santa Teresa de Ávila.
Santa Teresa de Ávila nació a principios del año 1500 en España. Su nombre original de nacimiento era Teresa de Cepeda y Ahumada. Su familia tiene una historia muy interesante, comenzando por su abuelo, quien fue un converso del judaísmo y se enfrentaría a la inquisición por supuestamente volver al judaísmo.
Santa Teresa de Jesús nació en el seno de una familia acomodada, establecida desde hace mucho tiempo en España. Era hija de Alonso Sánchez de Cepeda, que se había casado, en segundas nupcias, con la noble castellana doña Beatriz de Ahumada, y había aportado al matrimonio tres hijos de su enlace anterior, a los que se sumaron ocho, entre ellos Santa Teresa de Ávila.
Unos dos años después del Nacimiento de Santa Teresa de Ávila, sobrevino para la Iglesia uno de los acontecimientos más oscuros de la historia. Quien fuera sacerdote, Martín Lutero, comenzó la Reforma Protestante. Para todo este cambio repentino en la Iglesia, Santa Teresa de Jesús vino a señalar el camino desde la confusión exterior a la paz interior.
El padre de Santa Teresa de Ávila era un hombre muy religioso y honesto, pero considerado demasiado rígido. La madre de Santa Teresa amaba tanto los libros sobre los Santos como las novelas románticas, pero como su marido se oponía a estos segundos libros extravagantes, se los ocultó. Esto quizás puso a Santa Teresa de Ávila en una encrucijada y no encontraba la forma correcta de discernir, especialmente porque a ella también le gustaban los romances.
De adolescente, Santa Teresa era piadosa, pero al mismo tiempo muy extrovertida, coqueta y farandulera, a veces una mezcla que sus padres no podían manejar.
12 cosas increíbles sobre Santa Teresa de Ávila.
Santa Teresa de Ávila estuvo llena de una vida espiritual cargada de muchas cosas increíbles y algunas hasta desconocidas para muchos. Su talento y su mística aún sorprenden a muchos de nuestros tiempos. Aquí tienes 12 cosas increíbles de la vida de Santa Teresa de Jesús.
1. Santa Teresa de Ávila se fugó de casa.
Cuentan que a los 7 años convenció a su hermano Rodrigo para que se fugase con ella de casa y se fuera con ella a tierra de moros, buscando el martirio. La fracasada intentona da muestra de la religiosidad que marcó su infancia y también de su carácter enérgico y su fuerte voluntad.
Su siguiente fuga no se quedaría en intento. En 1535, ante la negativa de su padre para concederle el permiso paterno para ingresar en el convento de las carmelitas de la Encarnación, se iría de casa para tomar los hábitos y hacer los votos. No sin pena, como ella misma relató:
"Aquel día, al abandonar mi hogar, sentía tan terrible angustia, que llegué a pensar que la agonía y la muerte no podían ser peores de lo que experimentaba yo en aquel momento. El amor de Dios no era suficientemente grande en mí para ahogar el amor que profesaba a mi padre y a mis amigos." Santa Teresa de Ávila tenía 20 años.
2. Su gusto por las novelas y la coquetería.
Había sido su propio padre, sin embargo, el que primero la llevó a un convento. A los 13 años, Santa Teresa de Ávila se había quedado huérfana de esa madre, con quien compartía confidencias, devociones y su gusto por la lectura.
De las vidas de santos, Santa Teresa de Ávila había pasado a los libros de caballerías y de en ellos aprendió a galantear con sus primos. "Comencé a pintarme y a buscar aparecer y a ser coqueta", recordaba la propia santa. Su padre, preocupado, decidió entonces internarla en el convento de las Agustinas de Gracia de Ávila, donde se educaban doncellas nobles.
Una grave enfermedad le obligaría a salir del convento. Nada se sabe de esta dolencia a la que la santa solo se refirió con la frase "Me dio una gran enfermedad, por la cual tuve que regresar a la casa de mi padre". Durante su convalecencia, su tío don Pedro de Cepeda le dio a leer las Epístolas de San Jerónimo que le harían decidirse por tomar los votos y entrar en las carmelitas.
3. Le hicieron un funeral, pero no se murió.
En el convento de la Encarnación vivió feliz 27 años, siendo siempre, eso sí, el centro de la atención y el afecto de familia, monjas y seglares, señalan en la web del V Centenario de Santa Teresa de Jesús. La santa debía ser una mujer hermosa, de cuerpo frágil y dotada de una espiritualidad fuera de lo común.
En 1538, Santa Teresa de Ávila cae de nuevo enferma. Ante el fracaso de los médicos, su padre le lleva a una curandera cuyo tratamiento deja a la enferma medio muerta, relata Montserrat Izquierdo en su obra: "Teresa de Jesús. Con los pies descalzos"
Un año después, un paroxismo la llevará a las puertas de la muerte. En el convento de la Encarnación le prepararon su sepultura y hasta celebraron un funeral, según relata Izquierdo. Sin embargo, cuatro días después, volvió en sí y pidió que la llevaran de vuelta al convento. "En la enfermería del monasterio pasará tullida casi cuatro años hasta verse curada, según su propia confesión, por la intercesión de san José", apunta la escritora.
4. Su conversión ocurrió a los 40 años.
Los años siguientes fueron los más oscuros para la santa, que abandonó la oración en 1542 y un año después salió del convento para cuidar a su padre. Moriría en aquella Navidad y a su regreso, Teresa pasaría diez años más entre estados de desesperanza y periodos de oración hasta que en 1554, cuando rondaba los 40 años, tuvo lugar su conversión definitiva ante un Cristo llagado.
Ese día nace Teresa de Jesús y comienza la segunda etapa de su vida. La de su fecundidad espiritual, mística y literaria. La etapa de fundadora, subraya la filóloga especialista en la figura de Santa Teresa.
5. Teresa de Jesús veía a los santos y los demonios.
De entonces son sus primeras visiones y sus temores de estar siendo engañada por el demonio. Su encuentro en 1560 con el santo franciscano San Pedro de Alcántara resultó providencial para alcanzar la paz.
Poco antes, Santa Teresa de Ávila había tenido oportunidad de conocer a Francisco de Borja, que también sería santo, y años después mantendría una estrecha relación con San Juan de la Cruz.
6. La transverberación.
La transverberación fue el episodio en que la espada del ángel atravesó su corazón y dejó una herida física visible en su cuerpo.
La mística comenta, que en uno de sus éxtasis, sucedió lo siguiente: "Vi un ángel que venía del trono de Dios, con una espada de oro que ardía al rojo vivo como una brasa encendida, y clavó esa espada en mi corazón. Desde ese momento sentí en mi alma el más grande amor a Dios".
Desde entonces, para Santa Teresa de Ávila ya no hay, sino un solo motivo para vivir: demostrar a Dios con obras, palabras, sufrimientos y pensamientos que lo ama con todo su corazón. Y obtener que otros lo amen también.
Más tarde, al hacer la autopsia del cadáver de la santa, encontraron en su corazón una cicatriz larga y profunda.
7. En veinte años fundó 16 conventos.
El 24 de agosto de 1562 el Papa Pío IV le concedió su traslado con cuatro monjas al pequeño convento de San José de Ávila. La reforma del Carmelo se ponía en marcha.
Apoyada por el general de la Orden del Carmen, recorrió todos los caminos de España fundando conventos. Fueron 16 en apenas 20 años: Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos. No pudo cumplir su deseo de fundar un convento en Madrid.
8. Escribió 8 libros y medio millar de cartas.
En esos últimos 20 años de su vida escribió Santa Teresa, el "Libro de la Vida", "Camino de perfección", "Meditaciones sobre los Cantares", "Moradas del castillo interior", "Exclamaciones", "Fundaciones", "Visita de Descalzas", las Constituciones para sus monjas, poesías y medio millar de cartas además de 66 cuentas de conciencia para sus confesores.
Ella no podía predicar, pero sí podía decir lo que pensaba a través de las cartas, en las que no solo se hablaba de su relación con Dios, señalaba el pasado domingo a Montse Serrador el historiador Javier Burrieza.
9. La Inquisición sospechaba de ella y la acosaba.
Acusada de enseñar cosas de alumbrados, Santa Teresa tuvo que defenderse ante el Tribunal de la Inquisición en 1575.
Montserrat Izquierdo relata cómo el Definitorio General de la orden ordenó a Santa Teresa de Ávila a encerrarse en el convento que ella eligiera. Su reforma sufrió tal persecución que a punto estuvo de desaparecer, hasta que en 1580 el Papa Gregorio XIII concedió a los descalzos una provincia separada de los carmelitas calzados mediante la bula "Pia consideratione"
10. Cambio en el calendario modifica la fecha de su muerte.
Esto parece ser obra de un calendario loco. Santa Teresa de Ávila murió el día 4 de octubre, la enterraron en 24 horas, pero para entonces ya era el 15 de octubre ¿Por qué?
En septiembre de 1582, Santa Teresa de Jesús llegó al monasterio de Alba de Tormes muy enferma. "En fin, muero hija de la Iglesia", pronunció antes de fallecer. Era el 4 de octubre, el día que entraba en vigor el calendario gregoriano en el que se había agregado otros 10 días debido a un error en el pasado. A Santa Teresa de Jesús la enterraron 24 horas después: el 15 de octubre.
11. El cuerpo fue enterrado 3 veces.
La enterraron allí mismo, en el convento de Alba de Torres, aunque antes de que se cumpliera el año se procedió a la primera exhumación del cuerpo, que se encontró incorrupto. El padre Jerónimo Gracián procedió al rito de amputarle una mano que llevó a las carmelitas de Ávila aunque sin el dedo meñique que se quedó para él.
Tres años después del fallecimiento, la Orden de los Carmelitas Descalzos mandaron llevar el cuerpo a Ávila, así que fue exhumado el 25 de noviembre de 1585 y se trasladó el cuerpo incorrupto aunque sin un brazo que se quedó en Alba de Tormes para compensar la pérdida.
La decisión provocó el rechazo de los Duques de Alba, que echaron mano de su poder para recuperar el cuerpo, según relata Nieves Concostrina en "Polvo eres", y lo lograron, puesto que Sixto V ordenó el traslado de nuevo a Alba de Tormes. En total se oficiaron tres entierros oficiales.
Su cuerpo, aún incorrupto, se encuentra hoy en una capilla de la Iglesia de la Anunciación de Nuestra Señora de Alba de Tormes, custodiado por nueve llaves, aunque despojado de muchas partes de su anatomía. En Alba de Tormes se conservan sendos relicarios con el brazo izquierdo y el corazón de la santa, un pie y parte de la mandíbula se encuentra en Roma, la mano izquierda en Lisboa, un dedo en París, aunque la reliquia de la santa que ha tenido una existencia más agitada ha sido la primera mano que se le seccionó.
12. Santa Teresa fue la primera Doctora de la Iglesia.
En 1614 fue beatificada por Paulo V y en 1622 el Papa Gregorio XV la canonizó junto a San Isidro Labrador, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri. Hubo que esperar hasta 1970 para que fuera nombrada por Pablo VI Doctora de la Iglesia, junto con Santa Catalina de Siena. Su fiesta se celebra el 15 de octubre.
Santa Teresa de Ávila fue declarada "Patrona de España" en 1617 y fue canonizada en 1622, al mismo tiempo que San Francisco Javier, San Ignacio de Loyola y San Felipe Neri. Fue nombrada Doctora de la Iglesia, cuya doctrina es recomendada como inspirada y de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia, en 1970.
Oración a Santa Teresa de Ávila.
Oh Dios, escucha nuestras humildes súplicas y concédenos la gracia de la salvación, que mientras nos regocijamos en la memoria de Santa Teresa de Ávila, podamos nutrirnos de sus enseñanzas celestiales y sacar de ella el fervor de una tierna devoción. Todo esto lo pedimos a través de los méritos de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Santa Teresa de Ávila, reza por nosotros, para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo. Amén.
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