Rezar el Rosario es una forma de oración que medita los misterios de la vida de Jesús y María. Aprende cómo rezar el Rosario
Rezar el Rosario a veces puede resultar abrumante, pero en realidad, es una forma de oración que combina la reflexión meditativa de los misterios (por ellos nos referimos a los "grandes eventos") de la vida de Jesús y María con la repetición de oraciones verbales (El Padre Nuestro, El Ave María, etc.)
Aprende cómo rezar el rosario y aplicarlo a tu vida espiritual, ya que te llenarás de un gozo increíble y tendrás un acercamientos más profundo con nuestro Señor
¿Cómo rezar el Rosario?
A través de los siglos la feligresía Católica, bajo la inspiración del Espíritu Santo y con la guía de la Iglesia, ha realizado diferentes selecciones en cuanto a que misterios se meditan y que oraciones son las que se utilizan para acompañarlas.
Esta es la razón por la que diferentes familias espirituales dentro de la Iglesia (Carmelitas, Franciscanos, etc.) tienen formas distintas de rezar el Rosario, puede que ellos cambien los misterios que se meditan o que oraciones se repiten.
La forma más conocida.
Desde la edad media, una forma del Rosario ha sido la más común. Esta consiste en una decena (un Padre Nuestro, diez Ave Marías, un Gloria - la oración de "Jesús mío perdona mis pecados " fue agregada después de las apariciones de Nuestra Señora de Fatima en 1917) que se reza por cada uno de los cinco misterios.
Los cinco Misterios Gozosos son rezados los lunes y los sábados, los Misterios Dolorosos son rezados martes y viernes, los cinco Misterios Gloriosos son rezados miércoles y Domingos, y los cinco Misterios Luminosos (agregados recientemente por San Juan Pablo II) son rezados los jueves.
La forma más común de dar inicio con los misterios es el rezo del Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y un Gloria.
La forma más popular de finalizar el Rosario es rezar por las intenciones y necesidades del Papa, usando un Padre Nuestro, Tres Ave Marías y un Gloria. Pero como lo mencionabas al formular tu pregunta anteriormente, hay variaciones a todos estos aspectos.
Muestra gráfica de cómo rezar el Rosario.
El Rosario es la oración favorita de los Papas.
Es importante señalar que el Rosario como forma de oración devocional ha sido impulsado por los Papas recientes más que cualquier otra forma de oración.
Casi todos los Papas del siglo veinte escribieron encíclicas alabando y explicando el Rosario, y motivando a toda la feligresía Católica a rezarlo frecuentemente, ya sea solos o juntos en familia y en comunidades parroquiales.
La más reciente carta papal sobre el Rosario fue de San Juan Pablo II, la Carta Apostólica de 2002 Rosarium Virginis Mariae, si no la has leído, te motivo a hacerlo, es una hermosa forma de descubrir los tesoros que se encuentran en esta antigua forma de oración Cristiana. Puedes acceder al dar CLICK AQUI.
Penitencia personal.
Si un sacerdote te asigna el Rosario como penitencia, deberías rezar aquel con el que estés más familiarizado o sueles rezar.
Si no sueles rezar el Rosario, entonces quizás reza la forma más común que describí anteriormente. Aquí hay un formato en PDF listo para imprimir y rezarlo:
Además te dejo una aplicación para rezarlo (Ipad y Iphone):
Para móviles con sistema operativo Android:
Espero que mi respuesta fuese de ayuda para ti, al menos un poco. ¡Dios te bendiga!
Recientemente, el Papa Francisco, ha realizado un pedido especial a todos los fieles y devotos del Santo Rosario para que recen el Rosario todos los días durante el mes de octubre, y al final de cada rosario incluyan dos oraciones especiales para proteger a la Iglesia de los ataques del demonio.
Sub Tuum Praesidium (Bajo tu amparo)
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desprecias las súplicas que te dirigimos en todas nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros. Oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.
Oración a San Miguel Arcángel.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestra defensa contra la maldad y las trampas del demonio. Que Dios lo reprenda, humildemente suplicamos. Y tú, oh Príncipe de los ejércitos celestiales, por el poder de Dios, arroja al infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos que merodean por el mundo buscando la ruina de las almas. Amén.