Tercer Domingo de Cuaresma: arrepentimiento, Reconocemos el mal que hemos hecho y el bien que no pudimos hacer: Oración para el tercer Domingo de Cuaresma
Oración del Tercer Domingo de Cuaresma: Arrepentimiento.
Acompáñanos con la Oración familiar para rezar en el tercer Domingo de Cuaresma en dónde pedimos por el arrepentimiento y conversión verdadera de nuestro corazón. Si queremos seguir a Cristo y estar alineados con su misericordia, debemos buscar el verdadero arrepentimiento. La conversión del corazón es posible siempre y cuando sea Cristo el centro de nuestras vidas. La oración para el tercer Domingo de Cuaresma nos muestra este pequeño camino por recorrer.
Tiempo de Cuaresma.
La Cuaresma es la temporada de ayuno y desprendimiento que es observado por muchos cristianos en los días previos a la celebración del Domingo de Pascua de cada año.
La temporada de Cuaresma consiste en cuarenta días en la que se practica el ayuno y algunas privaciones para lograr fortalecer el espíritu y dominar las pasiones humanas de nuestro interior. Así entonces, la Cuaresma no aparece indicada de forma implícita en la Biblia. Sin embargo, ha sido una tradición que se desarrolló lentamente durante los primeros siglos de la historia de la Iglesia.
Durante los primeros tres siglos de la iglesia, los cristianos a menudo se preparaban para celebrar la Pascua con un ayuno de preparación de uno, dos o más días. Estos primeros ayunos previos a la Pascua se usaron para marcar el tiempo entre la muerte de Jesús y su resurrección y para preparar el corazón para el Domingo de Pascua.
Tercer Domingo de Cuaresma.
En este tercer Domingo de Cuaresma, la Iglesia nos llama a la conversión a través de las palabras de Jesús que pueden parecer un poco duras, pero realmente es un llamado al amor.
A través de la oración del tercer Domingo de Cuaresma nos enfocamos entonces la misericordia y la bondad de Dios con la que nos espera siempre para retomar su camino.
Arrepentimiento y conversión.
Como cristianos, estamos llamados a nutrirnos de la Palabra de Dios y revisarnos en ella, observando los males que habitan en nuestro corazón.
El propósito del arrepentimiento, y de esta temporada de Cuaresma, no es fijarnos en nuestras debilidades. Más bien, nuestro arrepentimiento nos ayuda a reconocer cuánto tiempo adicional y alimento nos ofrece Dios, especialmente cuando en nombre de la justicia o la imparcialidad, Dios podría decir que nuestro tiempo ha expirado.
Nuestro arrepentimiento comienza con reconocer el mal que hemos hecho y el bien que no hemos podido hacer. El arrepentimiento cristiano, sin embargo, nos lleva más allá de lo que hemos hecho.
El arrepentimiento cristiano nos ayuda a reconocer el profundo amor que Dios ofrece. Este amor nutre todo nuestro ser y nos anima. Gracias al amor de Dios, podemos responder a nuestros amigos, a los miembros de nuestra familia y a nuestras dificultades de una manera nueva y radical en la que podemos dar frutos a su debido tiempo.
Oración para el tercer Domingo de Cuaresma.
Es el momento de buscar la conversión verdadera. Al rezar en familia con la oración del tercer Domingo de Cuaresma, miramos nuestro interior, reconocemos fallas y buscamos propósitos de enmienda. A continuación, la oración para rezar en familia.
Señor, me levanto con nuevos ánimos y con una esperanza alegre al saber que mi corazón se siente seguro de tu presencia y de tu poder y que podré contar con tu defensa ante cualquier tormenta que intente abatir a mi alma. Sé que eres un Dios de vida, un Dios de generosidad en extremo, un Dios que no oculta su rostro a sus hijos en medio de las adversidades y que protege con un celo divino, infundiendo fuerza y consuelo al corazón
Tus enseñanzas pueden parecer duras y directas, pero están llenas de sabiduría y de verdad. Ellas me invitan a la conversión verdadera y me advierten de los peligros que asecharán a mi alma si no vivo de acuerdo a tu estilo de amor.
Tus palabras me invitan a la misericordia y a la comprensión de mis propias debilidades, a saber que no puedo confiar solo en mis capacidades humanas, sino que debo dejarme guiar por tu Luz que ilumina y tu Espíritu que santifica. Nunca estaré seguro del día ni la hora en que me llames, por eso, debo estar vigilante y firme en mi deseo de seguirte. Ayúdame a crecer en la caridad, y así despojarme del hombre viejo y renunciar a todo aquello que me separa de Ti.
Oh Señor, Tú me enseñas que, ante el Padre, todos necesitamos transformar el corazón, creer en tu poder sanador que es capaz de cerrar toda herida, y en tu gracia pacificadora que todo lo impulsa y todo lo restaura. Quiero asemejarme más a Ti, entregarme a una fe ardiente que renueve mi compromiso de amor y que anuncie las maravillas de permanecer a tu lado. Clamo tu protección, ruego por tu bendición, llamo a tu presencia que nunca abandona y me hace caminar tranquilo y sereno por medio de valles oscuros. Amén.
Reflexión tercer Domingo de Cuaresma.
En un famoso libro llamado "El Principito", escrito en 1943, hay una frase corta, pero bastante profunda: "Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos". Esto es hermoso. Solo con un corazón limpio y renovado podemos ver las maravillas que Dios nos ofrece. El evangelio de San Mateo dice que "donde esté nuestro tesoro, allí estará también nuestro corazón". ¿Cuál es tu tesoro?
A continuación puedes meditar cada una de las reflexiones de los Domingos de Cuaresma.
Mientras seguimos nuestro camino de Cuaresma, a través de la oración para el tercer Domingo de Cuaresma, se nos pide que consideremos lo que es esencial para nosotros en nuestra vida diaria con los demás. ¿Qué es lo que más valoramos en nuestras vidas? También se nos pide que consideremos nuestra relación con Dios. Que pongamos clara nuestra vida. Busquemos la verdadera conversión del corazón a la luz de los Diez Mandamientos. Si los aceptamos y los seguimos, nos ayudarán a vivir bien entre nosotros y con Dios. Nos ofrecen una calidad de vida, no un estilo de vida. Al rezar en familia esta oración hacemos un llamado urgente a nuestro interior para buscar la luz y el amor de Dios en nosotros. Feliz Tercer Domingo de Cuaresma.