Satanás es poderoso pero es insignificante comparado a la legión de ángeles en el cielo. No permitamos que él tenga poder sobre nuestra vida
Recientemente se ha hablado mucho acerca de la demolición de una casa demoniaca en Indiana y muchos están ferozmente interesados en los sucesos super naturales que han sido reportados. Mientras esto no es necesariamente algo malo, existe un gran riesgo involucrado si nos volvemos demasiado interesados en las actividades del diablo.
El Padre Vicent Lampert, exorcista de la arquidiócesis de Indianápolis, nos advierte de la pública fascinación que el enemigo puede crear y del peligro que puede haber en ello "en lugar de estar fascinados con el demonio deberíamos de estar fascinados con Dios".
Y la razón de esto es que podemos empezar a creer que Satanás tiene más control sobre el mundo del que tiene Dios.
Inclusive el escritor se C.S. Lewis, autor del libro "Cartas del Diablo a su sobrino", reconoce que este libro estaba incompleto y que se centraba mucho en las actividades de Satanás. Él explica en un apéndice que fue publicado posteriormente:
"Idealmente, los consejos del Diablo a Wormwood debieron haber sido equilibrados por el consejo angelical del ángel guardián del paciente. Sin esto la imagen de la vida humana estaría desbalanceada".
C.S. Lewis explica que a él le hubiese encantado escribir esta clase de contrapunto, pero admite que estuviese sido una tarea imposible ya que "cada frase tendría que tener el aroma del cielo" y esto es muy difícil hacerlo cuando eres un simple mortal.
En cualquier caso, Lewis admite que mientras su libro fue de mucha ayuda para obtener una mirada interior, fue muy deficiente al tratar de dar una imagen completa. Incluso J.R.R. Tolkien, a quien este libro fue dedicado, no estuvo complacido con el libro ya que Lewis paso mucho tiempo profundizando en las artes del enemigo.
La Iglesia Católica ha tratado de guiar a sus miembros más fervorosos e instruirlos para que no esté muy interesados en el poder del demonio. En el directorio de piedad popular está escrito:
"Cuando, como a veces suele pasar, los creyentes se dejan llevar por la idea que el mundo está sujeto a sufrir incansablemente, o a una incesante batalla entre el bien y el mal, o ángeles y demonios, en el cual el hombre está abandonado a la misericordia de fuerzas superiores y que muchas veces es indefenso; tales cosmologías guardan muy poca relación con la verdadera visión del Evangelio sobre la lucha de sobreponerse al diablo, lo cual requiere un compromiso moral, una opción fundamental por el Evangelio, humildad y oración".
No dejarse llevar por la desesperanza
Una tentación para todos nosotros mientras exploramos los trabajos que el diablo hace para tener control del mundo es que nos consideremos indefensos en nuestra lucha en contra del demonio.
A veces nos podemos dejar llevar por la desesperanza y la idea de que Dios está ausente y de que ha permitido a Satanás reinar libremente y destruir la tierra. Es muy común oír hablar acerca del apocalipsis, la muerte inminente o el anticristo y empezar a temblar.
Sobre todas las cosas necesitamos recordar que Satanás no es un rival para Dios. Dios no está jugando con Satanás y este va ganando en este momento de la lucha cósmica.
Dios es infinitamente más poderoso que Satanás.
Dios no es un ser creado, Satanás es un ser creado; debemos recordar eso. Satanás huye con una pequeña gota de agua bendita o apenas de un crucifijo. Recuerda, es nuestro libre albedrío el principal factor para la presencia de Satanás en el mundo.
Satanás no puede entrar a la fuerza en el alma de una persona, tenemos que abrirle la puerta. Es por eso que la fuerte y consistente vida de oración puede fácilmente derrotar el poder de Satanás en nuestras vidas.
Los exorcistas experimentados no tienen miedo del diablo cuando empiezan a expulsarlo de una persona poseída. Si claro que el diablo trata de asustar al exorcista con varias cosas, pero es inútil para un sacerdote que cree en el poder de Dios.
"¿Si Dios está con nosotros quien contra nosotros?". (Romanos 8:31)
Así que no tengamos miedo. Claro, Satanás es poderoso pero es insignificante comparado a la legión de ángeles en el cielo. No permitamos que él tenga poder sobre nuestras vidas y nos llene de miedo hacia él.
"Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza". (Salmo 23,4)