Dedica tiempo a la Adoración Eucarística y verás que cosas sorprendentes comienzan a suceder. Permite a Dios transformar tu vida a través de la Eucaristía
Adoración Eucarística. 10 cosas sorprendentes que suceden.
En la Adoración Eucarística, cosas sorprendentes pueden sucede cuando dedicas tiempo de corazón abierto para la adoración a Dios y permites que Cristo te muestre Su Amor. La Adoración Eucarística puede elevar tu alma con gran pasión hacia el encuentro con Dios.
¿Qué es la Eucaristía?
¡La Eucaristía es Jesús verdaderamente presente - Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad! Fue el mismo Jesucristo quien instituyó este Santo Sacramento de la Eucaristía para permanecer con la humanidad hasta el fin de los tiempos, tal como lo dice su promesa: "No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes" (Juan 14,18)
En el momento de la Consagración, durante la Misa, las especies del pan y vino se transforman en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, en el Altar, esto es lo que conocemos como Transubstanciación. Esto significa que no solo son transformados espiritualmente, sino que más bien son transformados (substancialmente) en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Esto puede ser algo muy incompresible para muchos, incluso para buenos católicos creyentes, pero debemos creer en las Palabras de Jesús: "El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí". (Juan 6,56-57)
Para explicarlo de una manera más clara: Los elementos conservan la apariencia de pan y vino (es lo que podemos apreciar a simple vista), pero son en realidad el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Esto es lo que se entiende por Presencia Real y física de Jesús en la Eucaristía.
La Eucaristía es descrita en el Catecismo como fuente y culmen de la fe. Encontrar tiempo para hacer Adoración Eucarística puede ser difícil, pero, si lo consigues, podrás percibir resultados sorprendentes.
"Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen, esto es mi Cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos". (Marcos 14,22-24)
¿Qué es la adoración Eucarística?
Entendiendo la Eucaristía ahora podemos hablar sobre la Adoración Eucarística.
Explicada de una forma sencilla, la Adoración Eucarística es adorar u honrar la Presencia de Jesucristo en la Eucarística, Cristo Eucarístico. En un sentido más profundo, implica la contemplación del Misterio de Cristo verdaderamente presente ante nosotros.
Durante la Adoración Eucarística, oramos, meditamos y esperamos, permanecemos silenciosos en Su Presencia sanadora y poderosa y nos abrimos a sus gracias que brotan de su Presencia Real y Física. Al adorar a Cristo Eucaristía, aparte de ser adoradores en Espíritu y Verdad, nos convertimos además en lo que Dios quiere que seamos, ya que el Señor nos atrae hacia Él, quiere que todos recibamos sus bendiciones y nos transforma suavemente.
La adoración eucarística es Dios y el hombre al mismo tiempo que se acercan el uno al otro.
10 cosas que pasan en la Adoración Eucarística.
El portal de Aleteia nos trae ahora ciertas cosas sorprendentes que pueden sucedernos cuando hacemos Adoración Eucarística con frecuencia.
El tiempo que dedicas a amar a Dios y dialoga con ÉL en la Adoración Eucarística puede sorprenderte de muchas maneras. Allí ocurre un baño de gracia que muchos no conocen, por ejemplo
1. Desarrollar un sentimiento de admiración y maravilla.
¡No hay nada como la atmósfera de una capilla o iglesia tranquila! El olor del incienso y el esplendor del ostensorio ayudan a comprender la verdad de lo que está sucediendo en la Adoración Eucarística.
En la Adoración Eucarística, estamos realmente ante Jesucristo. Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma, Su Divinidad.
Cuanto más te quedas en silencio ante la Hostia Santa, más comprendes que la única respuesta a la grandeza de Dios es la maravilla, la admiración y el amor.
2. Experimentas la paz en otras áreas de tu vida.
Jesús nos dijo algo que muchos pasan por desapercibido: "Mi paz les dejo, mi paz les doy". (Juan 14,27).
La paz exterior que podemos experimentar en la Adoración Eucarística (la quietud y el silencio) van mucho más al fondo y nos llevan a una paz interior que abraza todas las áreas de nuestra vida.
Esto no significa que todo será perfecto y sin sufrimiento, pero esa paz nos fortalecerá para enfrentarnos con más firmeza y serenidad a las tempestades de la vida.
3. Empieza a mirar más fuera de ti mismo.
Jesús también nos dijo: "Así como Yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros", (Juan 13,34).
La Adoración nos conecta al prójimo y al mundo, al final, estamos dedicando tiempo al Creador de todo lo que existe.
Más tiempo para alabar y adorar a Dios significa más tiempo para ir más allá de nuestras propias preocupaciones y para atender las necesidades de los demás y del mundo en que vivimos.
4. A veces, es pesado.
Habrá momentos en que la Adoración Eucarística parecerá "insulsa", "árida"... Te distraerás, tu mente empezará a divagar...
La Adoración Eucarística regular puede estabilizarse y dejar de parecer especial, pero eso no quita valor ni disminuye la verdad de la Adoración.
Nuestra fe es mucho más que los sentimientos, y Dios continuará trabajando en ti aunque sientas o pases por momentos más secos". Aunque tu mente divague, estás dando a Dios lo mejor que puedes: tu tiempo, tu compromiso y tu compañía.
5. Te emocionas en la Adoración Eucarística.
Cuanto más tiempo dedicas a adorar a Dios, más descubres que Él te ama y quiere pasar tiempo contigo. Y más empiezas a querer realmente vivir ese tiempo con Él.
Si la Adoración antes parecía rutina, en poco tiempo percibes que deseas hacerla. Como decimos en la misa: "es justo y necesario", dar gracias al Señor.
La Adoración a Dios está inscrita en nuestro corazón, y como dice San Agustín de Hipona: "Nuestro corazón está inquieto hasta que no descansa en Aquel que nos creó". (San Agustín).
6. La gracia entra en tu vida.
Es increíble como un simple acto de compromiso con Dios, aunque sea un corto periodo de Adoración, haga la diferencia para el resto de tu vida. Puedes tener la certeza de seguir en su presencia aunque hayas salido de la iglesia o capilla.
La gracia te apoya en todos los momentos, especialmente en los de tentación. Es más fácil resistir a la tentación cuando se dedica más tiempo a la Adoración.
7. Te das cuenta de lo afortunado que eres.
Hay personas que quisieran pasar más tiempo con Jesús en Adoración, pero no pueden porque están enfermos o tienen mil tareas necesarias en el día a día. Hay personas, en muchas regiones del mundo, que arriesgan la vida por la Eucaristía y son perseguidas por causa de la fe.
Hay personas que enfrentan situaciones extremamente peligrosas para estar con Jesús. Y tú tienes el regalo de poder adorarlo abiertamente, sin hablar de lo que significa tener un sacerdote para administrar los sacramentos.
8. Comprendes que Dios tiene sentido del humor.
Cuanto más dejas que Dios te hable, en vez de gastar todo tu tiempo hablándole, más notas que Dios tiene un gran sentido del humor.
¡Hay incluso momentos en que quisieras reír en voz alta! Quizás parezca sorprendente, pero los mejores padres ¿no demuestran su amor con buen humor?
9. Vas a querer confesarte más veces.
Puede parecer intimidador, pero no lo es. La confesión nos permite experimentar el océano ilimitado de la misericordia de Dios. Su misericordia engulle todos nuestros pecados y nos da una libertad real, una libertad sin miedo, que nos permite entrar en su Amor y en su Bondad.
La confesión fortalece la conciencia de que estamos en los brazos de un Padre que nos ama mucho y que "nunca se cansa de perdonar" (Papa Francisco).
10. ¡Te apasionas!
Y el amor de Dios te revela a ti mismo y permite que seas tu mismo: "Yo he venido para que todos tengan vida y la tengan en abundancia". (Jn 10,10).
Entonces, ¿qué estás esperando? Dedica un tiempo a la Adoración Eucarística, y deja a Dios transformar tu vida y tu corazón.
Recursos sobre la Eucaristía.
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San Juan Pablo II: La Eucaristía es el sacramento del amor
San Juan Pablo II: Quien recibe con fe el Cuerpo de Cristo se une íntimamente a Él, y en Él, a Dios Padre. Es el Sacramento del amor
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Cristo vivo y resucitado es una Presencia real en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía
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