La peor cosa que podemos hacer es dejar que nuestra frustración se lleve lo mejor de nosotros y nos rindamos
Vencer la frustración y expulsarla de tu vida se puede lograr pero hay un camino por recorrer. Es posible que sientas frustración por la persistencia de tus faltas a pesar de tus esfuerzos para erradicarlas. ¿De dónde viene esta frustración? ¿Viene acaso de Dios? ¿Estará Dios frustrado contigo porque no eres perfecto aún? ¿Será que está en el cielo viendo su reloj y levantando las cejas? ¡Para nada!
Déjame decirte, como sacerdote católico, Él está GOZOSO con el hecho de que tú has seguido sus mandatos y sigues luchando a través de las dificultades de nuestra sociedad secular hacia el camino de la santidad.
Si estás en el camino de la santidad; estás en el "camino estrecho", y pasando por esa "puerta estrecha" (Mateo 7,13) que nos lleva a la salvación, a la sabiduría, al gozo cristiano, los frutos que duran para siempre y la belleza eterna.
Él ha estado tratando de convencerte de que vayas por ese camino por un tiempo, seguramente.
Aquí estás ahora, estás caminando a través de Él y estás siguiendo las señales del camino, la oración, la confesión, la dirección espiritual, vas por la vía rápida, y a Él eso le encanta.
Entonces, si tu frustración no viene de Dios ¿de dónde viene? Estoy seguro que ya lo habrás pensado: de tu orgullo.
Quieres que Dios vaya a tu paso, pero Dios no siempre va a nuestro mismo ritmo, Él sabe lo mejor; Él va a su propio paso, y todos nosotros necesitamos aprender a seguir Su paso. De lo contrario, no tenemos humildad, que es la base de toda la santidad y de la verdadera felicidad.
La escuela de pastelería.
Imagina que estás enseñándole a tu hija adolescente como hacer un buen pastel. Primero hacen uno juntos, ella realmente sólo te mira y te ayuda un poquito. Entonces ella realmente se emociona con el tema y quiere hacer uno por su propia cuenta. Esta tan emocionada que te dice "porque no vas a hacer otra cosa, yo quiero hacer esto por mi propia cuenta".
Así que te vas a hacer otra cosa, vuelves y la encuentras en medio de un desastre, un tiradero, utensilios por todas partes, ingredientes esparcidos por doquier, parece que una bomba explotó en la cocina.
Ella está enojada o llorando. Es una niña impaciente que quiere hacer todo perfecto a la primera, pero la realidad es que algo así no puede simplemente suceder.
Si ella fuese un poco más humilde y más paciente, ella no hubiese tratado de hacerlo sola la primera vez o tan pronto, o hubiese tenido un poco de más sentido del humor acerca de su desastroso intento culinario.
Cultivando un jardín.
Aquí hay otra analogía. Imagínate que tu alma es un enorme jardín. Nunca antes habías estado tan atento a tener cuidado todo el jardín De hecho, hay algunas partes que ni siquiera las había visto, secciones con un enorme potencial.
Así que ahora que El Señor te ha enseñado tu potencial o el de tu jardín, junto con Él te has enrollado las mangas y te has puesto trabajar para volver tu jardín en lo que debería ser.
Hay muchas fases en este trabajo. Primero, debe reparar las cercas rotas, las macetas quebradas, las veredas dañadas. Entonces debes de extraer toda las hierbas malas que han estado creciendo libremente durante un tiempo, tal vez por mucho tiempo, para que las plantas buenas, las que realmente tú quieres plantar allí, tengan espacio para crecer.
Después tienes que cavar la tierra, fertilizarla, regarla. Luego tienes que seguir atendiendo las buenas plantas, protegiéndolas de los insectos y otros animalitos que pudieran comérselas, reparar las cosas que se puedan haber dañado, seguir cultivando tu jardín.
Vencer la frustración es un proceso.
Es un largo y duro proceso, pero es lo más importante, porque las flores y los frutos vienen de cómo cuidemos espiritualmente nuestro jardín y eso es lo más importante: el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad, la gentileza, la fe, el dominio propio, (Cfr Gálatas 5;22). Esto es lo opuesto de nuestra fealdad interior por lo que tanto te estas esforzando.
Justo ahora, estás trabajando duro, estas sudando, haciendo todas las cosas correctas. Pero estás descubriendo que las malas hierbas tienen raíces más profundas de lo que pensabas. Estás descubriendo que toda la cerca rotas están tomando mucho más tiempo de reparar de lo que habías anticipado.
Estás encontrando que nuestra tierra está extremadamente seca y mala en algunas áreas así que necesitas removerla aún más. Te gusta cómo se ven las nuevas plantas, pero parecen tan pocas, mientras que alguna de las anteriores, feas plantas aún son tan grandes.
Así que necesitas refrescar tu belleza interior, pero también debes mirar esas necias plantas que te hacen sentir feo interiormente. Tal vez aún más claramente y de manera más realista que antes.
Dejemos que Dios sea Dios.
Dios puede acelerar el proceso cuando Él quiera, en algunos aspectos el probablemente ya lo ha hecho aunque tú no lo notes. Pero cuando eso no pasa, Él tiene sus razones. Nosotros sólo podemos hacer un esfuerzo decente para llevar acabo nuestra parte, (¿qué más podría esperar El de nosotros?).
La parte de Dios le corresponde solo a Él. Si Él va a un ritmo con el que no estemos cómodos, necesitamos confiar en Su sabiduría.
La peor cosa que podemos hacer es dejar que nuestra frustración se lleve lo mejor de nosotros y nos rindamos. Lo mejor que podemos hacer, como pequeños y amados hijos de Dios que somos, es limpiarnos el sudor de la frente, sonreír y seguir Su guía:
"Pero la semilla en la tierra buena, son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con su perseverancia". (Lucas 8,15)
Él ha sido fiel en guiarnos hasta ahora, y no nos ha abandonado. Ahora recuerda, la frustración no viene de él - él está ENCANTADO contigo.
Suyo en Cristo, padre John Burtanek.