No podemos imaginar lo que es seguir una religión que exige el secuestro, tortura de niños y de la masacre de inocentes
Una de las cosas que los occidentales seculares encontramos increíble sobre los ataques terroristas islámicos es la irracionalidad del mal. No podemos entender una religión que impulsa a los jóvenes a semejante barbarie sin sentido.
No tenemos las herramientas para procesar esto. Simplemente no podemos entender su cultura, su mentalidad, su religión o su razonamiento.
En nuestro estilo de vida materialista, gratificantemente hedonista y tolerante no podemos comprender una visión del mundo que exige un auto-sacrificio tan absoluto, el asesinato de inocentes y la destrucción sin sentido.
Incluso aquellas personas no creyentes hoy en día, son producto de dos mil años de cultura cristiana y el desarrollo de una cosmovisión cristiana. Incluso si no somos religiosos, creemos en la bondad, el perdón, la amabilidad y el autocontrol. Creemos en la honestidad, la racionalidad y la capacidad de comprometerse y vivir juntos. Creemos en la belleza, la inocencia, la pureza y la búsqueda del amor verdadero. Incluso si somos hipócritas, creemos en estas cosas y en esa forma de ver el mundo.
No podemos imaginar lo que es seguir una religión que exige el secuestro, tortura de niños y de la masacre de inocentes.
Cuando nos enfrentamos a semejante carnicería y atrocidad, ¿qué hacemos?
En primer lugar, creo que naturalmente hacemos lo que hacen los humanos. Clamamos por respuesta y anhelamos venganza. Queremos tomar represalias. Queremos eliminar esta escoria de la faz de la tierra. Queremos calmar nuestra ira buscando venganza.
Sin embargo, como cristianos damos un paso adelante para estar junto a las víctimas en el duelo, la compasión y la oración. Nosotros los sostenemos con nuestro silencio, y aunque no comprendemos, tenemos la esperanza que de alguna manera nuestro apoyo y solidaridad les ayudará a ver un camino a través de la oscuridad sin sentido.
Luego de esto, retrocedemos nuevamente al deseo de venganza. La justicia y la defensa propia están justificadas, pero el ciclo de la venganza y derramamiento de sangre se hace interminable.
A pesar del asesinato y el caos insistimos en que el amor de Cristo es más fuerte. La barbarie ha sido derrotada por el cristianismo muchas veces en el pasado, pero el cristianismo no ha derrotado a la barbarie a través de la violencia, sino a través de las graduales, meticulosas y heroicas misiones.
- Piensa en San Francisco, que quería conocer al Sultán y compartir la fe con él con entusiasmo y amor.
- Piensa en los primeros cristianos que contrarrestaron a las tribus bárbaras de Europa a través de su ejemplo de comunidad, civilización y verdadero amor cristiano.
- Piensa en los innumerables misioneros que fueron a tierras bárbaras y la muerte que enfrentaron, la tortura y las penurias increíbles para vivir con el enemigo y simplemente irradiar sus vidas con una manera diferente de vivir.
- Piense en los mártires que fueron asesinados por los bárbaros, que luego se convirtieron por el testimonio de inocencia, coraje y fe noble que éstos dieron.
Esta es la respuesta cristiana para cada uno de nosotros que nos lleva a vivir con fidelidad y valentía como seguidores de Cristo, mostrando el poder y la gloria de un cristianismo valiente que puede superar todos los males.
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Adaptación y traducción al español por PildorasdeFe.net, del artículo publicado originalmente en Patheos, autor: Padre Dwight Longenecker