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Categoría: Caminando en la fe

Dios te creó con amor, y pensó en un lugar para ti en el mundo. Buscar y encontrar el plan de Dios en tu vida, planes llenos de bendiciones

7 claves y una oración para encontrar el plan de Dios en tu vida.

Dios te creó para grandes propósitios. Su planes están llenos de bendiciones. Pero muchas veces, nuestra mirada no está centrada en su amor y comenzamos a ver como nublada toda nuestra vida. Aquí queremos mostrarte algunas claves y una oración para encontrar el plan de Dios para tu vida y que puedas saber que, pase lo que pase, Él no te abandona. Debemos descubrir el plan de Dios en nuestras vidas y saber de lo que somos capaces.

Un plan maravilloso se ha creado para ti, no hace falta que busques al final del arcoiris para buscar ese gran tesoroso. Dios te aguarda y sabe lo que es mejor para tu vida.

7 consejos para encontrar el plan de Dios.

Descubrir el Plan de Dios no es sencillo, a veces cuesta muchos años como tan solo 1 día. Encontrarlo nos hará reconocer muchas cosas de nuestras vidas y mejorar muchas cosas de nosotros mismos. Entonces, sabiendo, nos preguntamos: ¿Como puedo conocer el plan y el propósito de Dios para mi vida?

1. Cuando Dios te creó, pensó un lugar para ti.

Cuando Dios nos creó lo hizo con amor y con mucha sabiduría, pensando un lugar para cada uno de nosotros. El plan de Dios es algo muy personal para cada uno de nosotros.

Si miramos la naturaleza, encontraremos que todo tiene maravillosamente su lugar, y resultaría absurdo trasladar algunos animales de su espacio natural a otro ¿Qué podría hacer un delfín en un árbol o una tortuga en el desierto? Esto mismo sucede con nosotros, cada uno tiene su lugar en el mundo. Dios diseñó un plan y su plan es perfecto.

2. El pecado te hace perder tu lugar.

El pecado podría hacerte perder tu lugar en el plan de Dios, es cierto; pero la conversión te permite encontrar ese maravilloso propósito de nuevo.

El pecado nos mueve al lugar equivocado, alejándonos del plan de Dios. Es por ello que la conversión es la forma de encontrar el verdadero lugar que uno tiene en la vida. Los planes de Dios podrían parecer que desaparecen con el pecado, pero estos solo hacen que se pierdan un poco de vista.

Un ejemplo de esto lo tenemos en la parábola del hijo pródigo. Su lugar era la casa del padre, viviendo de forma privilegiada. El pecado lo lleva a convertirse en un criador de cerdos. La forma de volver a recobrar su lugar fue la conversión: volver a la casa del Padre. Pasó por un momento doloroso el descubrir el plan de Dios y su propósito en su vida, pero lo encontró.

Tomando en cuenta esto, miremos dos ejemplos bíblicos contrapuestos (Abraham y el hijo pródigo) y encontraremos cómo Dios siempre le mejora la vida a la gente con sus planes. Así como Él que lo hizo con los personajes de la Biblia lo va a hacer contigo. No importa lo que atravieses, si centras tu mirada en el Señor, entonces podrás encontrar el plan de Dios en el momento oportuno.

3. Cuando Dios te llama, te lleva a tu lugar.

Miremos a Abraham. Cuando Dios le propone la aventura en el Libro del Génesis (Capítulo 12). El plan de Dios parecía ser algo insondable para Abraham, pero él se dejó guiar:

"Deja a tu tierra, deja la casa de tu padre y ve a la tierra que yo te mostraré".

En ese ambiente desértico, ese plan de Dios parecía una locura. Sin duda que podía verse como una pésima propuesta. En esas tierras hostiles la familia lo es todo, representa la ayuda y el soporte. Pero Dios le invita a dejar una tierra donde estaba seguro y a su familia, que era el único ámbito de protección que tenía.

Pero Abraham creyó en la Palabra de Dios y en sus planes y se puso en marcha para seguir su llamado, incluso en contra de lo lógico, pero lo hizo porque necesitaba encontrar su lugar.

Así es también el camino de la conversión, salir a buscar nuestro lugar. Volver hacia el encuentro con el amor nos pone en la ruta para encontrar nuestro lugar en el plan de Dios.

4. Al obedecer la voz de Dios descubrirás sus planes.

Cuando te encuentras obedeciendo la voz de Dios en tu interior, puedes encontrar el plan de Dios en tu vida.

Cuando el hijo pródigo descubre que no estaba siguiendo el plan de Dios, y al fin se convierte dice: "Me levantaré e iré donde mi padre", porque allí estaba su verdadero lugar. No lencontró el plan de Dios en placeres raros, en países exóticos, en una vida desordenada; sólo lo logró cuando obedeció la voz de su conciencia, rindiéndose ante Dios y buscando el perdón de su padre.

Para encontrar tu lugar en el Plan de Dios tienes que oír la voz profunda de tu corazón, dejar hablar a tu conciencia, escuchar la Palabra de Dios y obedecerle.

Saulo descubrió también el plan de Dios para su vida cuando creyó y obedeció lo que el Señor le dijo que hiciera. Jesúcristo se le manifestó y su vida fue otra

"Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"  Saulo preguntó: "¿Quién eres tú, Señor?". "Yo soy Jesús, a quien tú persigues, le respondió la voz. Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán qué debes hacer" (Hechos 9:4-6)

Desde ese momento de aceptación del plan de Dios, su vida dio un giro de 90° y Saulo se convirtió en San Pablo Apóstol.

5. El demonio está en contra del plan de Dios.

Debes saber que, el demonio, quiere que tu vida se pierda en la nada. Su deseo maléfico es que te pierdas en las cosas del mundo y que el plan de Dios nunca se haga efectivo en tu vida.

El mayor deseo que tiene el demonio con nosotros es que nuestra vida sea insignificante, que se disuelva en la nada, que sea estéril, que no dé fruto, que sea disuelta en la bruma del olvido o como un recuerdo amargo capaz de envenenar a otros. Sus planes siempre van en contraposición al plan de Dios. Él quiere que pasemos por este mundo como si no hubiéramos existido. Lamentablemente, hay mucha gente que le da el gusto y se aferra a las cosas del mundo.

"Por lo tanto, hermanos, yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer. No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto. (Romanos 12,1-2)

Pensemos nuevamente en Abraham. Imaginemos que hubiese desestimado el plan de Dios sobre su llamado de abandonar su tierra y lo considerase obra de su imaginación.

Podía pensar en no complicarse la vida, él no era un hombre pobre, tenía estabilidad, posesiones y comodidad. Hubiese sido completamente humano y natural que él desconfiara y se negara a esa "locura" y seguir sus planes humanos, en especial cuando Dios no le dijo ni siquiera a qué lugar lo iba a llevar. La verdad es que si él no hubiese tomado este llamado, nadie lo recordaría hoy, su vida se habría sumergido en el olvido.

Ahora, volvamos al hijo pródigo. ¿Qué tal si hubiese creído que ya era demasiado tarde para arrepentirse? Si él hubiese pensado con desesperación que ya no podía pedir perdón, su vida sería la triste historia de un hombre que ni se supo donde murió.

Pregúntate: ¿Quieres ser uno más de los que pasaron como si nunca hubiesen vivido? Cuándo te vayas de esta tierra ¿qué habrá quedado de lo que hiciste? Dios tiene un plan completo para tu vida, pero este solo puede ser revelado mientras nos dejamos conducir por Él.

6. Dios no te mostrará las fotos de tu destino.

Hay algo en común en estos dos ejemplos bíblicos tan distintos (Abraham era un hombre fiel a Dios y el hijo pródigo todo lo contrario): Ninguno de los dos sabía cuál sería el resultado de su decisión. Ni Abraham sabía a dónde llegaría, ni el hijo pródigo cómo sería recibido. Ninguno podía ver las fotos previas con el resultado para saber si emprender o no el viaje, esto es porque la conversión no es un negocio de intercambio basado en certezas.

Dios no es una agencia de viajes que nos muestra las fotos de dónde vamos a llegar. La enseñanza que debemos sacar de esto es: "Vuélvete hacia Dios, búscalo con fe, escucha a tu conciencia, escucha la Palabra y Dios te dará tu lugar". Podrás reconocer el plan de Dios mientras te vuelves hacia Él, pero es un plan que puede ser revelado poco a poco.

"El Señor asegura los pasos del hombre en cuyo camino se complace: aunque caiga no quedará postrado, porque el Señor lo lleva de la mano" (Salmo 37,23-24)

Dios no nos muestra a dónde vamos a llegar.

Dios nos deja con ignorancia sobre el futuro pero nos invita a agarrar con fuerza su mano de Papá y caminar en la conversión basados en la confianza. Somos llamados a tomar decisiones desde la esperanza. Debemos confiar en que, el camino de la conversión, nos llevará a vivir los planes de Dios y estaremos mejor que como estábamos. Dios quiere que depositemos en su planes toda nuestra confianza.

Además, Dios no nos muestra a dónde nos lleva, porque nosotros todavía no tenemos la visión para entender la grandeza de Su Plan.

La conversión requiere que el plan de Dios entre en tu alma, que lo reconozcas y descubras el mundo con los ojos de Dios, que son los ojos que aún no tienes. Por eso, aunque Dios te mostrara las fotos maravillosas del futuro que tiene preparado para ti con tu conversión, esas fotos no te enamorarían, no te cautivarían. Sus planes son distintos a los nuestros.

Decía San Josemaría Escrivá en el otoño de su vida, reflexionando sobre el camino recorrido:

"Señor, si Tú me hubieses mostrado lo que venía por delante, yo no hubiera podido, yo hubiera dado marcha atrás".

Esto no significa que estuviera frustrado, sino que reconocía que al principio no hubiese sido capaz de entender y agradecía que Dios lo hubiese llevado con pedagogía, que le hubiese mostrado poco a poco su plan.

7. La conversión no es negar el pasado.

La conversión no es anular tu pasado, sino sacar las semillas fecundas de tu pasado

La conversión es una ruptura con la vida que he llevado para descubrir el plan de Dios. Esto pudiese asustarnos y llevarnos a retrasarla, al creer que Dios va a destruir todo lo que hasta ahora hemos construido para empezar de nuevo. Esto no es cierto, la conversión no es anular tu pasado, sino sacar las semillas fecundas de tu pasado y usar en los planes divinos. Un ejemplo perfecto de esto lo encontramos en San Pablo.

Dios no canceló el pasado de San Pablo, solo lo limpió y sacó lo mejor de éste, tomó lo fecundo y lo vivo de su pasado para hacer de él un gran apóstol. San Pablo se entregó al plan de Dios y así fue que pudo descubrir quien era Él tomando en cuenta su pasado.

¿Cómo era San Pablo antes de su conversión?

Podemos ver 4 cualidades esenciales que San Pablo tenía: inteligencia, convicción de sus ideas, liderazgo, gran dominio de sí mismo. Cuando se convierte, él sigue teniendo todas esas cosas y las usa en el plan de Dios. El Señor no se las anuló, sino que le dio un nuevo rumbo.

Al convertirse, San Pablo dejó atrás mucho de sus planes, y puso su inteligencia al servicio del Evangelio. Su convicción profunda lo volvió un ardoroso predicador de Cristo. Su liderazgo lo dedicó a fundar nuevas comunidades. Su dominio sobre sí mismo hizo que se mantuviera en sinceridad, honestidad y pureza de vida por todas partes donde iba. Así fue actuando en favor del plan de Dios para su vida

Así como con San Pablo, Dios jamás va a cancelar lo bueno que tiene tu pasado. Él va a aprovechar tus cualidades, estudios y buenos hábitos que has formado con tanto trabajo. El plan de Dios para tu nueva vida permitirá hacer uso de estas cualidades.

Dios no es amigo de las mutilaciones. Claro que hay cosas con las que hay que romper, amistades que hay que dejar, costumbres que hay que abandonar. Pero lo bueno y fecundo que Dios ha construido en ti para sus buenos planes y propósitos, hay que saber ponerlo al servicio de Dios.

Las personas que más ayudan en la conversión de otros son los que han hecho el mismo camino que estas personas. Ellos son los que dan testimonio de cómo Dios ha cambiado sus vidas con sus planes. Un ejemplo de esto son quienes han vencido una adicción con la ayuda de Dios y luego cuentan su historia y motivan a otros adictos a dar pasos para su salvación, sirven como un ejemplo de que sí es posible un cambio al abrirse al plan de Dios. Esto es una forma en la que toda la experiencia que la persona había tenido en su pasado, la ponga ahora al servicio de Dios.

"Sabemos, además, que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio" (Romanos 8,28).

Si quieres que el plan de Dios se desarrolle de forma efectiva en tu vida, te invito a ser astuto en esto: "Toma tu pasado y utilízalo para el Evangelio". Hasta tus pecados e incoherencias del pasado le sirven a Dios y ayudan en sus planes. No tienes que forzarte a olvidar tu pasado como si no hubiese existido, eso no es cristiano. No te avergüences en exceso de tu pasado, recuerda que Dios te ha salvado.

Puede ser que pienses: "Es que sería mejor que yo no hubiese cometido ningún pecado". Pues claro que hubiese sido mejor que nunca nadie pecase, pero los planes de Dios no trabajan con lo que hubiera podido ser sino con lo que hay. Esa es la gran obra, la gran sabiduría de Dios contenida en sus planes y propósitos. Él es un líder que trabaja con lo que existe en la realidad.

Dios quiere que aceptes su plan para convertirte a partir de la verdad y la realidad de lo que tú eres. Dios es poderoso y conoce tu pasado, y quiere que ahora lo pongas a producir para la causa del Reino de los Cielos. El plan de Dios está diseñado para que tu historia personal encuentre su plenitud en esta fuente de amor. El plan de Dios es un plan eterno y todos buscamos vivir esta maravillosa eternidad. Debido a nuestras propias limitaciones humanas, tenemos una idea muy vaga sobre el plan de Dios; sin embargo, debemos confiar en que el plan de Dios para todos nosotros es un plan de vida y de felicidad para siempre.

Oración para encontrar el plan de Dios.

Señor de mi vida, cumple en mí tu voluntad, llévame a dónde quieres. Sé que Tú vas a mejorar mi vida, Tú me vas a mostrar algo nuevo y maravilloso. Sé que utilizarás todo, hasta el mal recuerdo de mis pecados, para transformar mi vida. Quiero encontrar el plan de DIos para mi vida, así que, Señor, tu puedes utilizar todo para hacerme fecundo para el Reino y para que pueda encontrar mi lugar y mi descanso. Llévame a ese sitio y esa situación donde aunque esté trabajando, no sienta que me estoy destruyendo, sino que, sosteniendo tu mano poderosa, sepa que trabajando me estoy construyendo y alimentando, que trabajando para tu Reino encuentre siempre descanso. Cumple en mí, Señor, tu voluntad y todos los planes que tengas. Llévame a ese lugar donde tú quieres que esté. Aprovecha por favor mis manos. Aprovecha las cualidades que me has dado. Déjame sacar la enseñanza de mi pasado pecador. Haz que yo pueda transformarme en tu nombre, quiero servirte a través de ese plan de amor que has desarrollado para mí. No me muestres el desenlace, tal vez no lo pueda entender en este momento. Sólo quiero agarrarme de tu mano, quiero encontrar ese plan a tu lado, sólo quiero ir junto a ti, sólo quiero obedecerte hasta el final, sólo quiero gozarme en tu amistad hasta que pueda descansar en tu regazo. Amén.

Adaptación y contenido agregado: Andrea Pérez, PildorasdeFe.net | Con información de extraída de: Fray Nelson Medina, OP

pildorasdefe andrea perez de quero firmaAndrea Pérez, Venezolana viviendo en Ecuador, hija de Dios, mujer de fe, madre y esposa. De profesión ingeniera, y de corazón misionera. Trabajando día a día en mi crecimiento espiritual y buscando la coherencia, tomando como guía la frase de San Pablo: Cambia tu manera de pensar y cambiará tu manera de vivir (Ro 12,2)

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