Estas 7 citas bíblicas sobre la Pasión del Señor, meditadas con oraciones, pueden servirnos para reflexionar en el silencio o en la Iglesia durante el Viernes Santo
7 citas bíblicas para el Viernes Santo meditadas con oraciones.
Para este Viernes Santo sin precedentes, vamos a meditar estas 7 citas bíblicas con oraciones que pueden ayudarnos en cualquier momento de crisis que estemos viviendo, para recordar cuánto nos ama nuestro Dios.
El Viernes Santo es el viernes perteneciente al Triduo Pascual que precede al Domingo de Pascua y es el día en que Jesucristo fue crucificado en la cruz. Podemos celebrar el Viernes Santo porque la muerte de Cristo fue un sacrificio para poder recibir el don de la vida eterna. Jesús se llevó nuestros pecados, la vergüenza y la carga en la cruz. Los resultados cambiaron el curso de la humanidad; el hombre asumió la muerte de Jesús como algo realmente malo; pero Dios le otorgó un significado realmente ¡SANTO!
¿Tiene algo de bueno el Viernes Santo?
El Viernes Santo fue el día en que Jesucristo, el Cordero de Dios, realizó un sacrificio perfecto en la cruz por toda la humanidad, abriendo las puertas del paraíso a quienes siguieran sus promesas de amor
Este es el único día del año en que la Misa no puede celebrarse. Las iglesias en todo el mundo no están decoradas en este día solemne, y el altar está desnudo. No hay Eucaristía presente en la Iglesia, y la puerta del tabernáculo permanece abierta. No es un Día de precepto, pero los Cristianos pueden ir a la Iglesia para participar en la liturgia.
Parte del servicio incluye la Veneración de la Cruz para recordar lo que Jesús pasó. Una cruz de tamaño natural se descubre en el centro del altar y los feligreses la pasan y la besan o la tocan si así lo desean.
7 citas bíblicas para el Viernes Santo.
A continuación, 7 citas bíblicas con oraciones que pueden servirte para meditar en el silencio o en la Iglesia durante este Viernes Santo
1. Por sus llagas hemos sido sanados.
"Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan despreciado, que lo tuvimos por nada. Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias, y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. Él fue traspasado por nuestros pecados y triturado por nuestras iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados". (Isaías 53,3-5)
Primera oración Viernes Santo.
Oh mi Dios, sana mis heridas a través de las tuyas. Llévate mis recuerdos dolorosos causados por los pecados de mi vida pasada y hazme un siervo de tu amor. No permitas, querido Señor, que todas las dificultades me hagan olvidar todo el bien que has hecho por mí. Amén
2. El Hijo del hombre debe ser levantado
"De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna. Porque Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él". (Juan 3,14-17)
Segunda oración Viernes Santo.
Señor mío, Tú me amaste hasta el extremo y diste tu vida en sacrificio por mi salvación, siendo Tú el Rey de todo lo creado. Ven Señor a mi vida y derrumba los muros de mis vicios e inyéctame fuerza para salir victorioso en las luchas que me han tocado vivir. Amén
3. Siendo justo padeció por los injustos.
"Cristo murió una vez por nuestros pecados, siendo justo, padeció por los injustos, para llevarnos a Dios. Entregado a la muerte en su carne, fue vivificado en el Espíritu". (1 Pedro 3,18)
Tercera Oración Viernes Santo.
Dios de mi vida, sé que no merezco tanto amor de tu parte y es que mis pecados me han separado de tu gracia y vuelvo mi rostro a Ti avergonzado de ellos clamando por tu bendición. Ayúdame, Dios mío, a ser justo con todos los demás, a ser honesto, humilde y compasivo como Tú lo has sido conmigo. Amén
4. Azotado y asesinado.
"Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos: ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará". (Marcos 10,33-34)
Cuarta Oración Viernes Santo.
Oh Dios de amor, muchas veces fallo en mi camino de vida y continuamente mis pecados y mi indiferencia son los que te azotan, te maltratan y te roban el primer lugar de mi corazón. Ayúdame a serte fiel, a vencer el mal a fuerza de bien, a darte lo mejor de mí y ayudarte en tu misterio de salvación. Amén
5. La prueba de que Dios te ama.
"En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores. Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Y ahora que estamos justificados por su sangre, con mayor razón seremos librados por él de la ira de Dios. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida". (Romanos 5,6-10)
Quinta Oración Viernes Santo.
Señor Jesús, que prueba de amor tan grande es haber dado tu propia vida por esta pobre alma inclinada al mal que tan daño te hace. Cuánto me amas, cuánto deseas que mi corazón vuelva a Ti y te adore para siempre. Mi Dios, quiero glorificarte por haberme dado una nueva oportunidad de vida, transformando mi dolor en bendición, perdonando mis pecados y llenándome de fuerzas para resistir a la obra del mal. Gracias por tu compañía, oh amado mío. Amén
6. Morir al pecado para vivir en justicia.
"A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas. Él no cometió pecado y nadie pudo encontrar una mentira en su boca. Cuando era insultado, no devolvía el insulto, y mientras padecía no profería amenazas; al contrario, confiaba su causa al que juzga rectamente. Él llevó sobre la cruz nuestros pecados, cargándolos en su cuerpo, a fin de que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Gracias a sus llagas, ustedes fueron curados. Porque antes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes". (1 Pedro 2,21-25)
Sexta Oración Viernes Santo.
Señor, me entrego a Ti en este momento con la esperanza puesta en tus promesas que no defraudan ni abandonan. Quiero morir a mis propios pecados, renuncio a las obras de satanás. Tú eres mi única fortaleza, mi escudo que no se rompe, todo te lo debo a Ti. Oh mi Dios, Tú eres mi refugio y mi luz. Cuento con tu gracia santificante para librarme de mis defectos y corregirlos bajo la sombra de tu amor. Amén.
7. Revestirse con la coraza de la fe y el amor.
"Nosotros, por el contrario, seamos sobrios, ya que pertenecemos al día: revistámonos con la coraza de la fe y del amor, y cubrámonos con el casco de la esperanza de la salvación. Porque Dios no nos destinó para la ira, sino para adquirir la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, a fin de que, velando o durmiendo, vivamos unidos a Él". (1 tesalonicenses 5,8-10)
Séptima Oración Viernes Santo.
Te doy gracias, Señor, porque con tu Sacrificio de Cruz, abriste las puertas del Cielo y llenaste de paz mi corazón. Líbrame de las trampas de mis enemigos que quieren verme caer para dejar de seguirte. Quiero que todo mi yo te irradie y para eso me consagro a tu presencia poderosa para seguir mi camino con entusiasmo y derribar todo obstáculo que se me presente. Oh Dios todopoderoso, levántame con todas tus fuerzas y ayúdame a salir adelante y darte todo el honor y la gloria para siempre. Amén
Que estas citas bíblicas y oraciones para Viernes Santo puedan darnos una hermosa reflexión para nuestra vida y se quede grabada para siempre en nuestros corazones. Meditando siempre sobre la pasión del Señor, no dará gracias inimaginables. Tales fueron las palabras que el propio Señor Jesucristo reveló a nuestra querida sierva Sor Faustina Kowalska: "Las Almas que meditan devotamente mi pasión, les concedo el mayor número de Gracias".