Cambiar el mundo, haciendo que sea un mejor lugar para vivir, siempre suena como una tarea muy difícil y lejana, pero no es así
¿Puedo pedirte un favor?... Quiero que me ayudes a cambiar al mundo. ¿Estás listo para hacer eso?
Cambiar el mundo, haciendo que sea un mejor lugar para vivir para todos, siempre suena como una cosa muy difícil y lejana. No me malinterpreten, es algo muy grande sí, pero tal vez no de la manera que usted lo piense.
Usted no tiene que construir una nueva escuela en las zonas más pobres de África, donar la mitad de su sueldo a un refugio para personas sin hogar, iniciar una organización sin fines de lucro para luchar contra el hambre, o donar uno de sus órganos a un completo desconocido que lo necesite (aunque, si hicieras alguna de estas cosas, sería increíblemente impresionante)
10 cosas que pueden ayudar a cambiar al mundo
Sin ningún orden en particular
1. Orar
Hay una oración muy sencilla pero si se dice con gran fervor del corazón, puede cambiar al mundo: "JESUS, TE AMO"
San Juan de la Cruz decía que un acto perfecto de amor a Dios tiene más méritos que todos los trabajos apostólicos de todo el mundo. Dios siente un gran placer por un corazón rebosante de amor
2. Elogiar
¿Por qué no elogiar a alguien? Quizás a un miembro de la familia. Una simple pero amable palabra puede atraer a alguien desolado hacia el brillo del esplendor de Dios. Podemos aplicar la regla de oro:
"Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti".
3.- Comulgar
La más grande y a la vez sencilla acción que un ser humano puede realizar en toda su vida es recibir a Jesús en la Santa Comunión con un corazón ardiente de amor!
Jesús dijo: "He traído fuego a la tierra, y cuanto deseo que ya esté ardiendo", así como les sucedió a los discípulos de Emaús al reconocer a aquel extraño, que al hablar con Él y al "partir el pan" con él, sus corazones ardían como el fuego.
4.- Sonreír.
Este simple gesto no cuesta nada, sin embargo, es altamente contagioso. La mirada triste también es contagiosa, pero una sonrisa amorosa es aún más contagiosa. ¿por qué no empezar a sonreír hoy?
Uno de los más claros y evidentes signos de un buen cristiano es precisamente un cálido, amable y gozoso rostro de donde se desprende una hermosa sonrisa.
5.- Ofrecer el dolor.
¿Tienes algún dolor, aflicción o alguna forma de sufrimiento? ¡No lo desperdicies! Mejor ofrécelo. Nuestros sufrimientos tienen una dualidad, pueden hacernos mejores o peores personas.
Si aprendemos a ofrecerlos al Señor, definitivamente nos convertirán en mejores y más santos discípulos del Señor Jesús, quien ofreció su vida por nosotros en la cruz en aquel Primer Viernes al que nosotros llamamos "Santo".
6.- Agradecer.
Nunca dejes pasar un solo día sin rendir un agradecimiento de corazón a tu Señor y Dios. Todos deberíamos cultivar "una actitud de gratitud".
Así como el salmista nos dice: "Agradece al Señor porque Él es bueno, porque es eterna su misericordia", Jesús es nuestro ejemplo por excelencia "Él tomó el pan y dio gracias "
De hecho, la palabra Eucaristía significa Acción de Gracias. Dios ama a un corazón alegre y agradecido ¡Ese corazón puede ser el tuyo!
7.- Entregarse
Ven Espíritu Santo, Ven y renueva la faz de la tierra ¿Por qué no invitar al Espíritu Santo ahora mismo a que entre y tome posesión de la totalidad de nuestro ser: cuerpo, memoria, entendimiento, voluntad, acciones y mejor aún, nuestras intenciones?. Él es el Santificador, el Maestro Interior y el Dulce Huésped de nuestras almas
Así como el Espíritu se precipitó sobre David al momento de su unción por Samuel, este mismo espíritu puede descender sobre nosotros ¡todos los días de nuestra vida!
8.- Dar
Mantén tu antena espiritual abierta y atenta ante las necesidades de los demás para ofrecerles una mano y dar. Dar libremente, de modo amable, sin reservas y de manera constante.
Santa Teresa de Calcuta nos enseña con estas palabras: "Da hasta que duela". San Pablo reitera la misma verdad: "Hay más gozo en dar que en recibir".
Y por supuesto que Jesús es nuestro mejor ejemplo a seguir, ya que él dio cada gota de su Preciosa Sangre por nuestra salvación eterna.
9.- Levantarse e intentarlo de nuevo.
A pesar de nuestros nobles y grandes esfuerzos, seguimos cayendo. Sin embargo, la biblia nos enseña: "El hombre justo cae siete veces al día".
El fundador de los Oblatos de la Virgen María, el Venerable Padre Bruno Pio Lanteri recuerda a sus hijos espirituales (tal como a nosotros ahora) las palabras en latín: "nunc coepi" que significan: "Ahora inicio de nuevo".
Aún si caemos mil veces en un día, debemos arrepentirnos tan pronto como podamos para volver nuestros corazones hacia Dios, porque Él es lento para enojarse y generoso para perdonar. ¿Caíste? ¡Levántate y anda de nuevo!
10.- Invocar a María.
"María Cogita, María Invoca" estas palabras en latín significan: "Piensa en María y Llama a María".
Así como lo rezamos en la famosa oración del Memorae (en latín) o Acordaos (en español): "jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido desamparado".
Nuestra señora es sin duda: nuestra vida, nuestra dulzura, nuestra esperanza.
