Cuando la liturgia se eclipsa y se mueve a un segundo plano, la Iglesia no funciona como se supone que debe funcionar, y su gente tampoco.
Benedicto XVI, el Papa Emérito, ha escrito un prólogo para la edición rusa de su libro El Espíritu de la Liturgia. Es muy corto, pero elocuente y está lleno de significado.
¿Está en lo correcto Benedicto al preocuparse por la liturgia? Claro que lo está. Es completamente cierto que el propósito de la Iglesia es el culto de Dios, y cuando la liturgia es eclipsada y se mueve a un segundo plano, claramente la Iglesia no está funcionando como se supone que debe funcionar, y tampoco la gente que se encuentra en ella. Este análisis es simple, pero no simplista. Es, más bien, la simple verdad.
Concentrarnos en edificar el Cuerpo de Cristo.
Piensa en la vida de una parroquia típica. ¿Cuánto tiempo se le dedica a la liturgia? ¿Cuánto esfuerzo se le dedica a la preparación litúrgica? ¿Están las actividades sociales y educativas de la parroquia orientadas al gran fin de permitir que la gente participe en ella? ¿O es la Liturgia algo que se siente como un peso o peor aún, algo que casi interfiere con las otras actividades parroquiales?
Las actividades parroquiales son algo bastante bueno, pero sólo deben ocurrir por una razón: Edificar el Cuerpo de Cristo, el Cuerpo que participa en la Liturgia.
Importancia de la celebración.
Una vez más, piensa en la vida del sacerdote promedio. ¿Está en la sacristía preparado para la Misa a su debido tiempo? ¿O se apresura un minuto o dos antes de que comience la misa, encontrándose sin aliento y distraído?
¿Pasa mucho tiempo tratando con facturas de doble acristalamiento y llamando por teléfono a centros de fotocopiado en lugar de celebrar la liturgia, planificar la celebración, asegurarse de que todo está listo para la celebración y hablar con sus feligreses sobre importancia de la celebración, así como, por supuesto, quizás lo más importante de todo, preparándose en oración para la celebración?
Protege la integridad de la liturgia.
De nuevo, ¿está la gente de la parroquia alentada por el sacerdote? ¿Están conscientes de que la liturgia está dirigida a Dios y sólo a Dios, y no a la congregación, y que la Liturgia es un lenguaje, y que todo lenguaje tiene sentido porque tiene su propia gramática?
¿Saben el sacerdote y el pueblo que ciertas prácticas, justamente llamadas abusos, destruyen el significado de la Liturgia desde adentro de la Iglesia? ¿Se han sumergido en la enseñanza de Redemptionis Sacramentum, la instrucción de 2004 de la Congregación para el Culto Divino, que expone lo que hay que hacer y lo que hay que evitar para proteger la integridad de la liturgia? Se espera que se hayan sumergido en ella, aunque siempre hay trabajo por hacer en este campo, como lo demuestran algunas prácticas en diferentes partes del mundo.
Benedicto XVI nos ha hecho un gran servicio, recordándonos que al final, la función principal de la Iglesia es la liturgia. Hazlo bien, y todo lo demás saldrá bien. Equivócate, y todo se desmoronará.