Conoce las 3 maneras de ir a la confesión cuando sientes vergüenza por tus pecados. Decídete hoy mismo pues mañana podría ser muy tarde.
Hay maneras de ir a la confesión cuando sientes vergüenza por tus pecados. Esto es algo muy común. Les pasa a muchos. Es saludable sentir esa vergüenza por todos los pecados cometidos, pero no permitas que esto te domine y rechaces la misericordia de Dios.
La trampa de la vergüenza.
Se podría decir que son muchos las personas que mueren lentamente en la tumba secreta de vergüenza. Unos se avergüenzan de su pobreza, viven echándose la culpa de lo que viven y del o que pasa en su familia por ello. Otros sienten vergüenza por los pecados de la lujuria, (pecados sexuales). Son Incontables las personas que se bloquean para dar el paso a la confesión debido a la vergüenza que sienten por sus adicciones secretas o pecados cometidos no sanados ni perdonados.
La vergüenza suele seguir un patrón, un ciclo de auto-recriminación y mentiras que va gastando la vida de la persona y sin ánimo de poder avanzar. Cuando nuestro dolor pasado se convierte en nuestra identidad presente, el ciclo de la vergüenza es interminable y se hace difícil de superar.
Salir del Estado de vergüenza.
Primero que todo, hay que comprender que no todos somos iguales. cada persona tiene una forma diferente de enfrentar las cosas y de romper los ciclos. Pero por la gracia de Dios todo es posible, sin importar cuán paralizante sea esa situación que le hace caer en la vergüenza.
Uno de los ejemplos muy sólidos sobre la vergüenza, la encontramos en la Biblia. Y le ocurrió a unos del los Apóstoles de Jesús. Si, a San Pedro. Jesús le había predicho a Pedro sobre que lo negaría 3 veces y Pedro inmediatamente negó que haría eso alguna vez. (Leer Mateo 36,30-35)
"Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré", insistió Pedro.
Sucedieron los hechos más adelante y conocemos la historia: Antes de que el gallo cantara 2 veces, Pedro lo negó 3, y luego recordó las palabras de Jesús sobre su negación. Humillante fracaso al que se enfrentó en ese momento. Sin embargo, cuando Cristo resucitó y se le apareció en el Lago de Tiberiades, Jesús encuentra una forma amorosa de recordar ese hecho a Pedro preguntándole 3 veces si lo amaba. Pedro cayó en cuenta, roto, arrepentido y con una gran vergüenza, se humilla ante Jesús, quien le perdona. Pedro, salió de su prisión de la vergüenza, aunque la lucha fue larga.
El perdón y la restauración le dieron a Pedro una pasión renovada, y el coraje de predicar un mensaje de conversión en Pentecostés y convertirse en el primer Papa de la Iglesia.
Su fracaso, tragedia, dolor y vergüenza, pasaron a través del arrepentimiento y el perdón de Dios. Esto lo hizo grande en la fe.
Como Pedro, tú también puedes salir de este estado de vergüenza, solo tienes que acudir a Dios.
Cuando sientes vergüenza por tus pecados y no vas a la confesion.
Cuando sientas que tienes este sentimiento vergüenza, de culpa irremediable por tus pecados, antes que todo, medita un pasaje del Evangelio sobre la pasión de Jesús y considera que Él desea, por su misericordia infinita, aplicarte todas las gracias que Él ganó para ti en la Cruz. Él desea perdonarte. Respóndele. La vida pasa rápido y debemos preparamos para la eternidad.
No temas. Dios te ama y estará contigo en la confesión. ¡Confía en Jesús! y verás que paz y felicidad recibirás.
Aquí tienes 2 consejos para asistir a la confesión cuando sientes verguenza por tus pecados y no das el paso.
1. Busca un sacerdote que no te conozca.
Si lo deseas puedes ir a confesarte en un lugar donde el sacerdote no te conozca. Las Iglesias deben tener horas de confesión donde se puede ir a confesar sin que te vean la cara.
Como sacerdote te puedo decir que, cuando alguien se confiesa de un gran pecado, lo que siento es gran admiración por esa persona porque ha tenido el valor de confesarse.
Los sacerdotes sabemos que dar el paso a la confesión es una gracia y requiere humildad.
Quien se confiesa ha tenido el valor de reconocer su pecado y humillarse. Eso es admirable.
2. Examen de conciencia.
En cuanto a recordar los pecados, haz un examen de conciencia con humildad. Una lista de preguntas puede ayudarte con ese examen.
Si sinceramente confiesas todo lo que recuerdas habiendo hecho el examen, la confesión vale.
3. Vencer la tentación de aplazar la confesión.
Decídete hoy pues mañana podría ser muy tarde. Haz un examen de conciencia, pon tu mirada en Jesús que te ama y quiere perdonarte y da el paso adelante.
Cuando dejamos que la vergüenza controle nuestras acciones, no podemos conocer a Dios, porque no podemos vivir nuestras vidas en libertad. El ciclo de vergüenza, no terminará
Cuando sientas vergüenza por tus pecados y esto te impide dirigirte a la consefión con hesonestidad, o si hace mucho que no confiesas. No temas. Díselo al sacerdote y él te ayudará para que des el paso.