En la oración para el tercer Domingo de Adviento se recomienda un clima de recogimiento y también un momento de la alegría. Oración por la esperanza
Oración para el tercer Domingo de Adviento: La esperanza.
Aquí tienes la oración para el tercer Domingo de Adviento. Así es, ya nos encontramos en el Tercer Domingo de Adviento. A este Domingo de Adviento también se le conoce como el Domingo de Gaudete, que en latín significa "Alégrense", es el Domingo de la alegría. En la liturgia de la Misa de este domingo encontramos lecturas que nos invitan a la alegría en el Señor, a permanecer constantes en la oración y a ser agradecidos con Él.
Tercer Domingo de Adviento: Domingo de Gaudete.
La alegría es un factor central de este tercer Domingo de Adviento, pero es esa alegría verdadera que viene del Espíritu Santo, de la espera de aquel que es nuestra esperanza, Jesucristo. Ese Mesías que quiere nacer en nuestro corazón, renovar nuestra vida y darnos una alegría imperecedera que viene de encontrarnos con Él.
En esta época de preparación a la Navidad, en las calles y comercios vemos un ambiente de consumismo, regalos, festejos, de una "alegría" que en realidad poco tiene que ver con el Señor y mucho con satisfacer anhelos materiales y llenar necesidades, que al final, siempre nos dejan vacíos.
En paralelo, la Iglesia nos llama a ir contra corriente, en esta época de Adviento nos invita a profundizar en la verdadera alegría, esa que es una y plena y viene de Jesús, que no necesita nada para ser completada, que lo tiene todo y es capaz de satisfacer totalmente el corazón del Ser Humano.
Oración en el Domingo de Gaudete.
Que este Domingo de Gaudete sea una ocasión maravillosa para que en familia podamos meditar en la verdadera alegría que es Cristo Jesús, fuente de toda nuestra esperanza. Adoremos con la Iglesia "al señor que va a venir" con esta precio oración para el Domingo de Gaudete.
Para vivir la liturgia familiar del tercer domingo de Adviento se recomienda poner en un lugar especial la corona con alguna imagen de la Virgen, crear un ambiente de recogimiento con poca luz.
Las lecturas se pueden repartir de antemano entre los miembros de la familia, y se pueden intercambiar cada uno de los 4 domingos para que así todos participen activamente. Es significativo que el papel de Guía lo haga el Papá o ambos padres en conjunto.
Oración para el Tercer Domingo de Adviento.
En la oración del tercer domingo de Adviento, permitimos que la alegría inmensa por recibir al Niño Dios venga a nuestros corazones y sea un gozo verdadero. Nos disponemos en un minuto de silencio y nos reunimos para tener este diálogo con el Señor.
Señal de la Cruz.
Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Guía: "Nuestro auxilio es en el nombre del Señor".
Todos: "Que hizo el cielo y la tierra".
Lectura de 1 Tesalonicenses (3,12-13).
"Que el Señor los haga crecer más y más en el amor que se tienen unos a otros y en el amor para con todos, imitando el amor que sentimos por ustedes. Que él los fortalezca interiormente para que sean santos e irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el día que venga Jesús, nuestro Señor, con todos sus santos". Palabra de Dios.
Todos: "Te alabamos Señor".
Lectura de la Carta a los Filipenses (4,4-5).
"Estén siempre alegres en el Señor; se los repito, estén alegres y den a todos muestras de un espíritu muy abierto. El Señor está cerca. No se inquieten por nada". Palabra de Dios.
Todos: "Te alabamos Señor".
Es el momento del encendido de la Corona de Adviento. Se encienden tres velas en esta oportunidad, las dos primeras que se encendieron las semanas anteriores más la nueva vela que corresponde al tercer Domingo de Adviento.
Guía: "Bendigamos al Señor".
Todos: (haciendo la señal de la cruz) mientras todos dicen "Demos gracias a Dios".
Guía: Recordamos la virtud de la Esperanza.
Meditación del III Domingo de Aviento: Camino a Belén.
La Virgen vuelve a viajar, lejos de su familia y amistades, obedece el mandato del emperador... En Belén ella y San José no encuentran sino rechazo. Todo parece salir muy mal... Por menos algunos matrimonios se han divorciado. Pero ellos no pierden la esperanza.
No hay Navidad sin sufrimiento, sin la prueba y la superación de los egoísmos. La esperanza cristiana lo vence todo. No es resignación negativa. Hace todo lo posible para hacer de las situaciones difíciles lo mejor. No pierde de vista a Dios que se hace presente en el corazón humilde y fiel.
Ahora todos los miembros de la familia realizan un tiempo de silencio para interiorizar en todo lo leído. Después incluyen un tiempo de intercesión en donde piden por las necesidades de la familia y cada miembro, sus conocidos, la Iglesia y el mundo entero.
Todos: Rezar un Padre Nuestro y un Ave María.
Guía: Oración final: Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante. Por nuestro Señor Jesucristo.
Todos: "Amén".
Con mucha alegría en este Domingo de Gaudete, nos damos un abrazo dándonos la paz. La oración del tercer Domingo de Adviento que hemos meditado, es para recibir ese gozo de Dios al mantener viva nuestra esperanza.
Oración del tercer Domingo de Adviento en Video.
A continuación, para meditar en el silencio de hogar o en familia, puedes también utilizar nuestra oración para el tercer Domingo de Adviento en formato audiovisual. Solo, déjense guiar en la oración.
Oración para cada Domingo de Adviento.
En la oración para el tercer domingo de Adviento permitimos que esa ternura viva del amor del Niño Jesús, haga morada en el corazón de cada uno de nosotros. Nos disponemos con alegría en este Domingo de Gaudete y seguimos preparando el terreno de nuestras vidas para que siga reinando Dios para siempre. La esperanza es una virtud que cada uno debe cosechar. Hay ALGUIEN que nos espera para compartir con nosotros las delicias del Cielo. Un Niño Dios ha descendido a nosotros para guiarnos con esperanza hacia la Luz Verdadera, una Luz que irradia paz y alegría para siempre. La oración del tercer Domingo de Adviento, además de ser el Domingo de la Alegría, viene con la virtud de la esperanza, una virtud que viene a sembrar la paz en el corazón en la medida que esperamos el amor del Niño Jesús.