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Categoría: Caminando en la fe

¿Quién no quiere ser feliz? ¿Acaso hay alguno que quiere vivir en la desgracia? Estos son Algunos Consejos dela Biblia para Alcanzar la Felicidad verdadera

7 Consejos Bíblicos para ser Realmente Feliz y como Dios manda.

La felicidad es uno de los grandes tesoros que todo ser humano anhela y desea para su vida. Y no te sorprenda que también la Biblia nos da unos excelentes consejos para ser feliz. Todos queremos la felicidad, pero no estamos seguros de cómo pedirla a Dios o lo que realmente significa. Todos hemos tratado de encontrar la felicidad de maneras distintas, algunas decepcionantes, y nos preguntamos: ¿Dios realmente quiere que seamos felices?

El Salmista nos invita a lograr la felicidad verdadera: "Busca tu felicidad en el Señor, y él te dará el deseo de tu corazón". (Samo 34,7)

Se ha dicho que la felicidad se relaciona con la satisfacción con la vida, el amor, la apreciación de la vida, los momentos de placer, pero en general tiene que ver con muchas otras cosas que a veces ignoramos y que la Biblia puede enseñarte

7 consejos bíblicos para ser feliz.

¿Quién no quiere ser feliz? ¿Acaso hay alguno que quiere vivir en desgracia? He aquí una serie de consejos que nos pueden llegar a ser muy útiles para que se nos conceda esa dicha:

1. Primer consejo para ser feliz.

"Guarda sus leyes y sus mandamientos que hoy yo te prescribo, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y permanezcas largos años en la tierra que te da Yahvé, tu Dios." (Deuteronomio 4,40)

No tengan ustedes la menor duda de que el camino seguro hacia la felicidad es vivir conforme a la voluntad de Dios. Y eso implica cumplir sus mandamientos. Algo posible de hacer si por gracia amamos a Dios. Cuando guardamos los mandamientos del Señor, seguimos la verdadera ruta hacia la felicidad. Recordemos que, al cumplirlo, estaremos llenos de las Bienaventuranzas del Señor.

2. Segundo consejo para ser feliz.

El Apóstol San Juan nos dice: "Conocemos que amamos a los hijos de Dios en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues esta es la caridad de Dios, que guardemos sus preceptos. Sus preceptos no son pesados." (1 Juan 5,2)

Hemos de saber todos que cuanto más amamos a Dios, más fácil nos resulta cumplir sus mandamientos, porque ese mismo amor es gracia que nos ayuda a no pecar.

El que ama al Señor acaba odiando el pecado que le aleja de Él. Más no debemos desesperar si vemos que todavía pecamos, pues Él es fiel para perdonarnos cada vez que caemos si en verdad nos acercamos con un corazón contrito y humillado. Imploremos de su misericordia el perdón y de su gracia la capacidad para vencer toda tentación.

3. Tercer consejo para ser feliz.

"Honra a tu padre y a tu madre, como Yahvé, tu Dios, te lo ha mandado, para que vivas largos años y seas feliz en la tierra que Yahvé, tu Dios, te dará." (Deuteronomio 5,16)

Honrar a los padres es propio de personas decentes. Les debemos obediencia mientras estamos sujetos a ellos. Y respeto siempre, mientras vivan. Independientemente de cómo se comporten con nosotros. Por supuesto, dentro de ese respeto no entra el permitirles que interfieran en asuntos que son de nuestra absoluta incumbencia.

Si Dios mismo dice que el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, es claro que no debemos permitir que los padres pongan en peligro un matrimonio. Pero hágase tal cosa sin faltarles al respeto y la honra debida. Ni que decir tiene que en su vejez los padres han de ser objeto del mayor de nuestros cariños. Tanto más si ellos están enfermos.

Y permitidme añadir también a nuestros padres espirituales, los sacerdotes. Que no tienen hijos en la carne, pero muchos de ellos nos han engendrado y criado en Cristo. Seamos especialmente atentos con ellos.

4. Cuarto consejo para ser feliz.

"Porque, siguiendo la verdad, serás feliz en todas tus obras, como todos los que practican la justicia. Según tus facultades, haz limosna y no se te vayan los ojos tras lo que des. No apartes el rostro de ningún pobre, y Dios no los apartará de ti." (Tobías 4,6-7)

Verdad y caridad, caridad y verdad, binomio inseparable para alcanzar la fidelidad. Goza más el que da que el que recibe. Y pocas cosas hay tan satisfactorias para el alma como ayudar al necesitado.

Les cuento una anécdota personal. Siendo bastante niño, no más allá de 6 o 7 años, iba con mi madre por el metro (suburbano) de Madrid, cuando al salir a la calle en la estación de Embajadores, nos encontramos a una mujer muy anciana pidiendo limosna.

Por alguna razón que se me escapa, me quedé impresionado al ver su rostro. Pasamos de largo, pero según empezamos a subir las escaleras, le dije a mi madre: "dame cinco duros para entregárselos a esa mujer". Mi madre se sorprendió, pues era la primera vez que le pedía algo así. Me los dio, bajé, se los entregué a esa anciana, que me miró fijamente a los ojos y musitó: "gracias, hijo mío. Dios te lo retribuya grandemente".

Créame si les digo que no había muchos niños en el mundo tan felices como yo en esos momentos. Fue, probablemente, la primera vez que ayudé a un pobre. Y no se me olvidará en la vida la alegría que Dios me dio.

5. Quinto consejo para ser feliz

"Pero tú, guarda la Ley y los preceptos, sé misericordioso y justo, y serás feliz." (Tobías 14,9)

Nuevamente ley, misericordia y justicia. Cuando hoy se prostituye tanto la misericordia de Dios, pretendiendo hacerla cómplice de nuestras transgresiones, es necesario recuperar su verdadero sentido.

Grande es la misericordia de Dios que nos perdona nuestros pecados, pero hay tanta o más misericordia divina en librarnos de pecar.

6. Sexto consejo para ser feliz

Aquí te ofrecemos 3 versículos Bíblicos que tienen relación entre sí y que nos invita la felicidad y paz verdaderas.

"Porque sol y escudo es Yahvé, Dios, y da Yahvé la gracia y la gloria, y no niega los bienes a los que caminan en integridad." (Salmo 84,12).

"A cada uno de nosotros ha sido dada la gracia en la medida del don de Cristo." (Efesios 4,7)

"Pues de su plenitud recibimos todos gracia sobre gracia." (Juan 1,16)

No lo olvidemos. Todo es gracia. Hasta nuestra colaboración con la gracia nos es dada por gracia. No la desperdiciemos. No caigamos en la tentación de confiar solo en nuestras fuerzas, ni en la desesperación de creer que no nos es concedido vencer el pecado.

Dios nos ama tanto que envía a su Hijo a pagar el precio por nuestros pecados y a su Espíritu para recrearnos a imagen del Hijo, de forma que podamos vencer toda tentación. Si somos hijos de Dios, obremos como el Hijo de Dios nos concede obrar en el Espíritu Santo. Y solo así seremos verdaderamente felices.

7. Séptimo consejo para ser feliz

"No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad." (3 Juan, 4)

Y que con Santa Teresa de Jesús podamos al fin de nuestros días decir: "al fin muero hija de la Iglesia". Al fin y al cabo, como decían los Padres, "no puede tener a Dios por Padre, quien no tiene a la Iglesia como Madre".

Oración para encontrar la felicidad.

Aquí hay una oración que podría ayudarte en tu proceso de búsqueda de la felicidad y la paz verdadera. Podemos ser felices en medio de las crisis y problemas de la vida, y eso es posible, perseverando en la fe y contando con la Gracia de Dios.

Señor, anhelo conocer y experimentar la felicidad en mi vida, pero no estoy seguro de lo que eso significa exactamente. No hablo de placeres superficiales, esos que van y vienen y dejan grandes vacíos en el corazón. Tampoco pido grandes triunfos y éxito, esos que te crean la ilusión de que estás en lo alto y luego caes estrepitosamente.

Lo que busco no es la ausencia de problemas, Señor, aunque admito que a veces quisiera librarme de todos ellos, pues como todos, también necesito la paz. La felicidad que deseo es mucho más que un asunto superficial. Es más grande que mis circunstancias y más grande que mis emociones. Quiero esa felicidad que permanece firme en mi corazón en todo momento. Saber que, aunque se vengan situaciones que se me escapen de las manos, o un desafío ponga a prueba mi resistencia, yo siga con esa paz y felicidad en mi interior.

La verdadera felicidad, la verdadera alegría, es lo que estoy pidiendo, Señor. Quiero experimentar la que viene de estar en tu presencia, de ver la vida con sabiduría divina y tu perspectiva, libre de culpa, pura y misericordiosa. Me encantaría conocer la felicidad que levanta mis manos cada mañana en señal de agradecimiento por la vida y como un acto de adoración a Ti. Quiero la clase de felicidad que confía en ti, te obedece y te sigue sin importar a dónde lleve ese camino. Amén.

Adaptación y contenido agregado: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net | Con información de extraída de: InfoCatolica.com

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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