La Biblia presenta numerosos ejemplos de oración y ayuno en diferentes situaciones de la vida. Aquí tienes algunas razones bíblicas para ayunar y orar
9 motivos que enseña la Biblia para practicar el ayuno y la oración.
Quiero ser honesto contigo desde el comienzo: el Ayuno es difícil. Ayunar es un hábito que debemos formar con mucha perseverancia. Es difícil ayuno cuando vemos a otras personas comer y saber que estás eligiendo no comer. Es difícil experimentar algo de hambre durante todo un día. Entonces, ¿por qué debería ayunar? ¿Necesito motivos para hacerlo? ¿Por qué todo el mundo debería ayunar? ¿Por qué nos sometemos a un sufrimiento físico y mental? ¿La Biblia me da algunas razones para practicar el ayuno y oración en mi vida?
En este momento, queremos compartir contigo las razones para hacer ayuno y además, que podamos aprender los beneficios espirituales y físicos del ayuno.
¿Qué es el ayuno?
Hay muchos tipos diferentes de ayuno. Algunas muy buenas razones nos los enseña la Biblia, otros nos han sido dados por la Iglesia a través del discernimiento durante muchos siglos y ejemplos de muchos santos, y hay algunas otras por razones científicas.
Dentro de las razones por las que debemos ayunar, no podemos olvidarnos de estas:
- El ayuno de una hora antes de la misa, donde solo debemos beber agua (y tomar medicinas si es necesario)
- Abstenerse de comer carne durante Viernes de Cuaresma
- Dejar un cierto alimento o hábito durante los 40 días de Cuaresma
- Abstenerse de un cierto alimento o hábito durante todos los viernes del año.
- Ayuno intermitente: comer solo durante ciertas horas del día o ciertos días de la semana
- Ayuno de pan y agua: consumir nada más que pan y agua durante un período de tiempo determinado
- Ayunos completos: solo agua potable para un período de tiempo determinado.
La lista podría continuar. Si bien hay muchos ejemplos de ayuno, en general puede definirse como la abstención voluntaria o la reducción del consumo de alimentos y/o bebidas durante un cierto período de tiempo. Pero todo esto tiene un propósito especial: fortalecer nuestra vida espiritual.
El ejemplo principal del ayuno es el de Jesucristo, quién preparó su ministerio público retirándose al desierto para orar y ayunar por cuarenta días (Lucas 4 y Mateo 4).
Basado en Su ejemplo podemos entender que Su crítica al ayuno de los fariseos se fundamenta en la falta de sinceridad con que la hacían y no en el ayuno en sí mismo. El ayuno auténtico debe siempre estar unido a la conversión, la sinceridad y la conducta moral.
"Más ahora todavía, oráculo de Yahvé, volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos" Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahvé vuestro Dios, porque Él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. (Joel 2,12-13)
Los profetas enseñan que la compasión y la conducta ética es más aceptable que el ayuno mezclado de contiendas (Cf Is 58, 4-7; Zacarías 7, 5-10). No se rechazan el ayuno, sino que lo sitúan en contexto.
El ayuno es necesario como forma de vida para estar listo y saber descubrir la presencia de Dios. Lucas 2,37: "(Ana) no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios con ayuno y oraciones"
9 razones bíblicas para hacer ayuno y oración.
La Biblia nos presenta numerosos ejemplos de ayuno en diferentes situaciones:
1. Ayuno para lograr el auxilio del Señor.
La Biblia es muy clara con respecto a pedir auxilio en el momento de necesidad. Practicar el ayuno y la oración es un requerimiento indispensable en la vida del Cristiano.
Para lograr el auxilio del Señor, ayuna hasta debilitarse de las rodillas.
"De tanto ayunar se me doblan las rodillas, y mi cuerpo está débil y enflaquecido"; (Salmo 109,24)
2. Ayuno y arrepentimiento y para evitar castigo.
La ciudad de Nínive ayuna colectivamente al escuchar la predicación de Jonás que venía pregonando los castigos de Dios para este pueblo.
"Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: "Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida". Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza. Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: "Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua". (Jonás 3,4-7)
Aún con nuestras faltas más graves, si volvemos arrepentidos a Dios, Él es tan misericordioso y bondadoso que nos acoge de nuevo.
"Pero aún ahora (oráculo del Señor) vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en fidelidad, y se arrepiente de sus amenazas". (Joel 2,12-13)
3. Ayuno y oración en caso de peligro.
- Deuteronomio 10,10 "en cuanto a mí, me estuve en el Monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yahvé y renuncio a destruirte".
- Saúl ayunó ante la batalla con los filisteos (Cf. I Samuel 28, 20-22)
- Ajab ayunó al escuchar la profecía de desgracia pronunciada por Elías (I Reyes 21, 27)
- Josafat ayunó cuando las naciones le hicieron la guerra (II Crónicas 20, 3-4)
- David ayunó ante la persecución injusta. Ayuna y hace penitencia (Salmo 35,13)
- Ante la amenaza de Nabucodonosor, los Israelitas ofrecen alabanzas, intercesión, penitencia y ayuno. El Señor oyó sus voces y vio su angustia. (Judit 4, 9-15)
- Ester 4,16 Ester dice a Mardoqueo: "vete a reunir a todos los judíos que hay en Susa y ayunad por mí. No comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis siervas ayunaremos. Y así, a pesar de la ley, me presentaré ante el rey; y si tengo que morir, moriré". (Ester va a ir ante el rey a defender a su pueblo que estaba condenado a morir. Va a desenmascarar al enemigo. Pareciera la petición de la Virgen en Fátima, se aparece con una estrella en su vestido. Ester: estrella)
4. Ante decisiones y actos importantes.
- Éxodo 34,28: Moisés está cuarenta días y cuarenta noches, si comer pan, ni beber agua. Y escribió las nuevas tablas de la ley.
- Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: "Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado." Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron [en misión]. (Hechos 13, 2-3)
- "Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído". (Hechos 14,23)
5. En la batalla contra el demonio.
- Mc 9,29 "esta clase de demonio solo puede ser expulsado por la oración y el ayuno"
El beneficio del ayuno en la batalla se deduce también de estos pasajes:
- Col 1, 24 "Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia".
- 1 Corintios 9, 25 "los atletas se privan de todo y eso por una corona corruptible, nosotros, en cambio, por una incorruptible".
- Gal 5, 17 "pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu y el espíritu contrarias a la carne, como entre si antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais".
6. En caso de duelo.
- Los hombres de Yabes de Galaad ayunaron por siete días después de enterrar a Saúl y sus hijos (I Samuel 31,13)
- David ayunó al conocer la muerte de Saúl y Jonatán (II Samuel 1, 12) y al enterarse de que Abner había muerto (II Samuel 3, 35)
7. Después de un desastre.
- Los israelitas ayunaron cuando fueron derrotados por los benjamitas (Jueces 20, 26)
- El profeta Joel proclama el ayuno público tras una plaga. (Joel 1, 14)
8. Día de expiación.
- Era día anual de ayuno para los israelitas. (Levítico 16, 29-30: "ayunaréis, porque en ese día se hará expiación por vosotros para purificaros". Además de ese día, los reyes o profetas podían llamar a un día especial de ayuno.
- Después de la destrucción del Templo y del exilio en Babilonia se instituyeron al menos cuatro días de ayuno: el ayuno en el cuarto mes (el día noveno de Tammuz, cuando las murallas de Jerusalén fueron tomadas por los babilonios); el ayuno del quinto mes (cuando el Templo fue incendiado del séptimo al décimo día del mes); el ayuno del séptimo mes (en memoria del asesinato de Guedalías en el año nuevo) Jer 41, 1-2; y el ayuno del décimo mes (el noveno día cuando Jerusalén fue sitiado por los Babilonios (Zac 8,19).
9. Ayuno personal.
- Los salmos invitan frecuentemente al ayuno personal en ocasiones de dificultad: salmos 35, 69, 109. Ver también: Daniel 9,3s.; 10,3; Esdras 10,6; Nehemías 1,4.
La práctica del ayuno era frecuente en el judaísmo del primer siglo y aparece en el Nuevo Testamento, especialmente con los discípulos de Juan Bautista (Mc 2,18).
Jesús ayunaba (Cf Mt 4) y su advertencia a no manipular esta práctica para atraer atención (Cf Mt 6,17); Lc 18,12 no debe interpretarse como un rechazo. Como los profetas, Jesús enfatizó la contrición y el arrepentimiento como la esencia del ayuno.
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