En los conflictos en tu relación te has preguntado: ¿Cuál es el problema en mi matrimonio? Procura hacer este ejercicio de revisión interior en tu relación
Viendo el problema en mi matrimonio. Ejercicio de revisión interior.
¿Soy yo el problema en mi matrimonio? Muchos tardan en hacer este ejercicio de revisión interior que increpa nuestra conciencia y el corazón. Y es que, nuestra inclinación natural cuando algo no va bien, es siempre mirar a nuestro alrededor buscando culpables. Creemos muchas veces que la culpa se encuentra afuera. Pero si nos revisamos interiormente, quizás, podamos encontrar soluciones a muchos de nuestros conflictos y problemas matrimoniales.
El problema en mi matrimonio puedo ser yo.
Muchas de las razones de los conflictos en nuestro matrimonio tratamos de buscarlas afuera; ver que es lo que está causando tal crisis en la relación; pero a veces es necesario una revisión interior de nuestras propias actitudes.
Una comunicación efectiva y saludable de los esposos es una parte esencial de un matrimonio sano y fuerte, y nueve de cada diez veces, los problemas matrimoniales provienen de hábitos de comunicación muy poco saludables entre los cónyuges.
Un primer paso que es excelente para superar los comportamientos dañinos es hacernos a nosotros mismos y a nuestro cónyuge algunas preguntas difíciles y estar dispuestos a escuchar y aceptar las respuestas difíciles que a menudo son difíciles de asimilar.
Puede que se sienta incómodo con este ejercicio de revisión interior para su matrimonio. Pero nunca superaremos nuestros problemas sin admitir primero que, puede haber algo que estamos haciendo, o cómo lo estamos haciendo, que está generando un problema en el matrimonio.
¿Seré yo el problema en mi matrimonio?
Respire ahora profundamente y reflexione en su corazón sobre cada una de estas preguntas para ver si hay conductas negativas de las que cuáles tiene que deshacerse de inmediato por su propio bien y el de su matrimonio:
1. ¿Soy un mal oyente?
Lo confieso: yo he sido culpable de esto muchas veces de las que realmente me gustaría admitir. Luego de hacer un ejercicio de revisión interior, me he dado cuenta de que yo he sido el problema con esto en la mayoría de los casos.
Hay veces que nuestro cónyuge quiere hablar de algo, pero no tenemos ganas de hablar de ello en ese preciso momento. Así que, en lugar de decirles cómo nos sentimos realmente (u ofrecer nuestro oído para escuchar), terminamos escuchando a medias mientras pensamos en otras cosas.
A veces, solo oímos una parte de lo que nuestro cónyuge está tratando de decir y nos perdemos todo el panorama porque estamos pensando en nuestra respuesta todo el tiempo. Esto solo lleva a más frustración y finalmente termina la conversación sin nada productivo. Puede terminar a arruinar la comunicación en el matrimonio a mediano plazo.
Cuando hacemos este ejercicio de revisión interior, concluimos que debemos dar a nuestro cónyuge nuestra mejor atención al mirarlo a los ojos y escucharlo. Hacer esto sin distracciones, sin darle cabida a ningún otro tipo de pensamientos. Esto nos permitirá escuchar lo que nuestro cónyuge tiene que decir, y cultivará una conexión más estrecha y un entendimiento entre nosotros.
2. ¿Critico siempre lo que mi cónyuge me dice?
¿A menudo me convierto en un crítico de lo que mi cónyuge tiene que decirme? ¿Critico siempre lo que mi pareja me dice o hace?
Esto es doloroso de verlo y palparlo en nuestra propia piel, e incluso he visto como las continuas críticas ponen fin a tantos matrimonios buenos. No creo que ninguna pareja casada trate de caer en esta dinámica negativa. Esto va sucediendo gradualmente, y está arraigado mucho en el orgullo.
La crítica puede adoptar una variedad de formas, desde la agresión pasiva hasta la franqueza abrupta e incluso dura en las palabras, gestos y acciones. Nuestro ejercicio de revisión interior en el matrimonio sobre este tema debe ser muy minucioso. Tómese el tiempo para hacerlo, podríamos descubrir que lo hacemos más a menudo de lo que pensamos.
Un cónyuge que tiene el mal hábito de criticar, a menudo siente que necesita corregir casi todo lo que dice o hace su cónyuge, y además siempre vive apresurado en señalarle cualquier cosa todo el tiempo.
El Papa Francisco, en una de sus reflexiones, aseguro que cuando criticas o hablas mal del otro asesinas su reputación. Si tú haces esto con frecuencia, tu cónyuge se sentirá traicionado.
Si hay un error o una falla de cualquier tipo (pequeña o grande), el cónyuge crítico se lo hace saber a su cónyuge de forma inmediata, ya sea en privado o en público, ya que no puede contener su deseo de ver lo peor y criticar. Poco a poco, el cónyuge criticado se siente no amado y no respetado, y la relación va rompiéndose.
Para terminar con este problema en el matrimonio, haga lo siguiente. En lugar de darle ese enfoque negativo y estar mirando solo las faltas, debemos resistir a ser críticos con nuestro cónyuge. Vaya y tome un vaso de agua, respire profundo y luego vuelva a reintegrarse con alguna buena crítica. Este ejercicio de revisión interior, no solo mejorará su matrimonio, sino, muchas de sus relaciones.
En la medida de lo posible, necesitamos pasar por alto las cosas insignificantes que nos pueden poner de los nervios. Si nuestro cónyuge hace algo malo o necesitamos señalarle algo, entonces, por todos los medios, tenemos que abordarlo. Sin embargo, necesitamos acercarnos a nuestro cónyuge de la manera más respetuosa y positiva posible para que podamos mantener nuestra relación saludable.
3. ¡Tú nunca! ¡Tú siempre!
¿Respondes con frecuencia a tu cónyuge con palabras acusadoras como "TÚ NUNCA" o "TÚ SIEMPRE"? ¿Son palabras fijas en tu relación matrimonial?
Si haces este ejercicio de revisión interior, te darás cuenta de que, estas palabras, han llevado casi siempre a una pelea o discusión fuerte (casi de seguro). A menudo se dicen de manera despectiva. Por lo tanto, rara vez ayudan a la conversación, corrijo, NO AYUDAN en nada.
Uno de los cónyuges puede decir: "Tú NUNCA me escuchas", y luego el otro puede decir: "Bueno, tú SIEMPRE dices lo mismo, así que ¿por qué debería hacerlo yo?" Esto puede llegar a ser enloquecedor e hiriente para ambos cónyuges. Estas palabras pueden ser dañinas o beneficiosas, pero depende de cómo las usemos, por ejemplo:
"Amor, tú siempre logras hacerme ver las cosas de mejor manera".
Teniendo claro el ejemplo interior, sigue con tu ejercicio de revisión interior en tu matrimonio. Podrás conseguir recursos en cómo revertir esto. En vez de esas palabras despectivas, prueba a usar estas palabras de manera positiva diciendo cosas como,
"Mi vida, Tú SIEMPRE sabes cómo alegrarme el día".
"Amor mío, Tú NUNCA te rindes, y eso me encanta de ti".
Esto hará que nuestro cónyuge se sienta como un tesoro precioso y valioso para ti y mantendrá la conversación en la dirección correcta. Tu ejercicio de revisión interior habrá surtido efecto si cambias este hábito poco sano en el matrimonio.
4. ¿Respondes con: "¡Bien!", "Lo que sea", "Lo que tú digas"?
Seguramente, algunos de ustedes ya responden de esta manera con frecuencia. Pero si no lo hacen, les animo a que desechen este tipo de respuesta en sus conversaciones. Al hacer el ejercicio de revisión interior en tu matrimonio podrás darte cuenta lo frecuente que pueden ser estas palabras en tus conversaciones. Estas respuestas son muy amargas y van enfriando la relación hasta el punto que uno de los cónyuges terminará por ya no querer pronunciarle una palabra.
Estas palabras son a menudo las que usamos para terminar las conversaciones, no para mantenerlas. Las decimos cuando no sabemos qué más decir. O simplemente estamos demasiado cansados o molestos como para dar una respuesta en ese momento. Son bastante hirientes y pueden dar inicio a una reciprocidad de indiferencia en el matrimonio. Y esto sí que puede conducir a una tragedia matrimonial.
En vez de tratar de cerrar las cosas de esta manera, ofrezca a su cónyuge un minuto de silencio juntos. Esto es más fácil de decir que de hacer, pero vale la pena el tiempo y el esfuerzo.
Tengo cuidado ya que las palabras son poderosas, sirven tanto como para edificar, como para destruir. Hagamos siempre buen uso de ellas. Haga una revisión interior a menudo sobre esto. Construya en vez de destruir.
Únase a su cónyuge en oración, soliciten la ayuda de Dios. Cuando ustedes hacen oración juntos, no solo se están conectando de una manera íntima con Dios, sino que también sus corazones se fusionan. Ustedes se volverán más vulnerables a sus sentimientos el uno con el otro.
"Los maridos, comprendan que deben compartir su vida con un ser más débil, como es la mujer: trátenla con el respeto debido a coherederas de la gracia que da la Vida. De esa manera, nada será obstáculo para la oración". (1 Pedro 3,7)
Creo firmemente en el poder de la oración, y creo que Dios nos ayudará en nuestro tiempo de necesidad.
Entonces, ¿Qué has aprendido de este ejercicio de revisión interior? ¿En cuál punto crees que estás fallando más y cómo debes solucionarlo? El siguiente paso de esta revisión interior es hacer los cambios necesarios en tu vida, en tus pensamientos y en tus acciones, para comenzar a comunicarse saludablemente con su cónyuge.
Si no está seguro de por dónde empezar, puede consultar muchos artículos de nuestra página web en nuestra sección de Matrimonios y familia.
No se olvide realizar un ejercicio de revisión interior en su matrimonio a menudo. Haga algo para que su matrimonio avance en la dirección correcta y mantenga el rumbo, si lo hace, ten por seguro que vendrán grandes días para tu matrimonio.
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