No tengas miedo de Amar a tu esposo más de lo que él te ama a ti. El amor es el combustible que hace que un matrimonio funcione bien
No tengas miedo de amar a tu esposo más de lo que él te ama a ti, pues ese amor que uno dona generosamente, el tiempo lo premia abundamentemente. Y aunque ahora no se sienta correspondido, eso cambiará a medida que sigas entregando más de se amor.
Amar sin expectativas
Amar a mi esposo sin expectativas no es signo de debilidad ni es estúpido. Es un gran signo de valentía y a la vez es muy gratificante.
Mi frustración aumentaba a medida que las manecillas del reloj se acercaban a las 7:00 p.m. Tenía la cena esperando en el horno, un pequeño inquieto al que cada vez me resultaba más difícil entretener y un esposo que pensaba llegaría a casa antes de las 6:00 p.m., pero cuyo teléfono se iba directamente al buzón de voz cada vez que lo llamaba.
Sabía que muy posiblemente se había quedado trabajando tarde o estaba atrapado en el tráfico y su teléfono, que usualmente se descompone, se habría quedado descargado otra vez.
Aun así, me sentí tontamente dependiente por estar sentada en casa y esperando.
"Esto es patético", pensé. "Si a él no le importa llegar a casa puntual o al menos contactarme, entonces no debería tener que estar esperando por él".
Con eso, recogí al bebé y me preparé para ir a pasar tiempo en algún otro lugar. Más tarde, cuando finalmente regresé a casa, lo encontré esperando y me di cuenta de que había estado en lo cierto. Su teléfono murió en la tarde y su jefe lo llamó a una reunión justo cuando él estaba preparándose para irse.
Podía notar que él había tenido un largo día y que ansiaba vernos cuando entró por la puerta de nuestro hogar.
Acostada en mi cama esa noche, aún confiada en mi decisión de dejarlo llegar a una casa vacía, me impresionó una cita que leí en Pinterest:
"No tengas miedo de ser el que ama más".
Intrigada, abrí el link que me llevó a un sitio web llamado "The Loveumentary" (una especie de juego de palabras entre amar y documental en inglés) y ahí descubrí que esa frase fue dicha por una persona de 80 años llamada Anne Gaston.
Mientras era entrevistada por el escritor Nate Bagley, quien recoge consejos matrimoniales para millenials en su libro, Anne y su esposo debían contestar a la pregunta de qué consejo podrían ofrecer luego de 60 años de matrimonio. La respuesta de Anne fue vulnerable y valiente a la misma vez y resonó poderosamente en su entrevistador, Bagley.
Mientras leía esto, vi que me encontraba similarmente impactada. Y luego un poco avergonzada, mientras me percataba de que mis acciones esa noche iban en la dirección opuesta al deseo de amar más.
En su lugar, yo había actuado por miedo, miedo a ser quien hace más: esperó más, estaba más disponible, amó más. ¿Por qué? Porque creí que eso significaba ser débil.
En su escrito, Bagley señaló que, lastimosamente, la mayoría de nosotros estamos condicionados a creer que el que se preocupa menos en una relación es el más feliz y el más libre.
Pero, después de su entrevista con Anne, Bagley cree apasionadamente que ver el amor como una debilidad es una lógica equivocada:
"Amar a alguien más de lo que ellos te aman no es estúpido, ni loco, ni tonto. Es la cosa más valiente que puedes hacer en tu vida".
Él argumenta que la libertad que buscamos viene en realidad cuando nos permitimos a nosotros mismos amar a otra persona más:
"El amor es el combustible que hace que una relación funcione. El amor verdadero se da sin condiciones y sin esperar que sea recíproco", dijo Bagley.
Me di cuenta que eso significa amar incluso sin tener garantía. Eso significa esperar por tu pareja, incluso cuando se le ha hecho tarde, porque te emociona verle nuevamente. Eso significa entregarles tu corazón y confiar que cuidarán de él.
Luego de procesar toda esta información, conversé con el abuelo de mi esposo que tiene 95 años y que ha estado casado por 75 años. Cuando le pregunté cuál era la clave para un matrimonio feliz me contestó:
"Paciencia. Cuando me ausenté durante 2 años debido a la guerra y ella estaba criando a nuestra hija, estoy seguro que no siempre quiso esperar por mí. Sin embargo, ella fue paciente, gracias a Dios".
Su respuesta, similar a la de Anne, me movió. Si su esposa pudo esperar amorosamente dos años, yo puedo ciertamente esperar una hora adicional al final del día.
De hecho, debí haber visto ese momento como una oportunidad para amarle más haciéndolo mi prioridad. No es fácil, especialmente en un momento de vulnerabilidad cuando siento que yo no soy su prioridad. Pero vale la pena inmensamente.
Bagley dice:
"Cuando no tenemos miedo de ser quien ama más, y encontramos una pareja que está comprometida también con amar grandemente, obtenemos la experiencia de recibir amor incluso (y especialmente) en los momentos cuando menos lo merecemos".
No hay duda alguna en mi mente ahora: ese tipo de amor es el que vale la espera. Ama a tu esposo más de lo que él te ama a ti es una forma auténtica del amor que con el tiempo tiene sus grandes recompensas.