Amar a Dios por sobre todas las cosas, siempre debe ser la primera prioridad de cada persona. Tú cónyuge debe amar más a Dios que a ti
Tu cónyuge debe amar a Dios más de lo que te ama a ti.
Mi esposa está constantemente poniendo a otra persona antes que a mí. Él es mucho mayor que yo, de alguna forma le provee de consuelo en sus momentos de necesidad, y continuamente le da sabiduría que sobrepasa todo lo que yo posiblemente pueda comprender. Él es amable, generoso, amoroso, lleno de gracia, perdón, fuerza, justicia, misericordia e incluso paciencia. Es probablemente la definición de lo que llamaríamos el hombre perfecto, y no hay forma alguno en la que yo pueda competir con Él. La verdad es que, me parece bien esta situación. Su nombre es Jesús (Dios), y Él está en control de la parte más importante de nuestro matrimonio.
A través de Jesús, es que, únicamente sabemos la definición de lo que es el verdadero amor. Yo sé que tú estás pensando: "Esto suena extremadamente cursi". Pero te sorprenderías de saber cuántos matrimonios cristianos realmente batallan en esta área de su relación. Es el ingrediente principal a cualquier relación que desee llegar más allá de toda medida.
Tú cónyuge debe amar más a Dios que a ti.
Como cristiano y esposo, es mi deber guiar a mi hogar al cargar con nuestra cruz. Esto significa que pongamos a Cristo antes que nosotros o cualquier otra persona. Es por el propósito que nos da Jesús que amo, perdono, guio y sirvo en todas las formas. Entre más cerca estoy a la verdadera persona de Cristo, soy mejor esposo y hombre para mi esposa y los demás.
"Si alguien viene a Mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser Mi discípulo" (Lucas 14,26)
La Biblia tiene mucho que decir acerca de la importancia de honrar a su familia. El contexto de Lucas 14,26 puede sonar un poco duro, pero es verdaderamente el llamado a todos aquellos que se hacen llamar a sí mismos discípulos de Cristo.
En este pasaje, Jesús nos llama a aborrecernos a nosotros mismos y a nuestras familias para negarnos a nosotros mismos. Yo debo motivar a mi esposa a poner la persona de Jesús antes que a mí y mis deseos, y yo debo poner la persona de Jesús antes que mi esposa y sus deseos.
Al hacer esto, los atributos de mi esposa y míos reflejan a Jesús en todos los confines de nuestro matrimonio, llenándonos el uno al otro en todas las formas posibles. Adicionalmente, los esposos son llamados a "amar a sus esposas, como Cristo amo a la Iglesia", (Efesios 5,25)
Habiendo dicho esto, amar a Dios por sobre todas las cosas, siempre debe ser la primera prioridad de cada persona, aun a pesar de todas las dinámicas del matrimonio. Cualquiera que no motiva a su cónyuge a poner a Jesús antes que a ellos es ajeno a la cruz y nunca podrá entende el verdadero significado del amor real.