Esta sencilla reflexión es una de las más sabias que he escuchado sobre alcanzar un matrimonio feliz para toda la vida
Acabo de almorzar con mi amigo, Tommy. Recientemente estuvo en la boda de una pareja joven y justo antes de que iniciara la ceremonia, les compartió el secreto de un bello y feliz matrimonio
Él me contó lo que les dijo. He estado investigando acerca del matrimonio y recolectando consejos matrimoniales por años, pero NUNCA pensé en lo que Tommy estaba a punto de decir.
Su sencilla reflexión es una de las más sabias que he escuchado jamás acerca del matrimonio, así que decidí compartirla con ustedes inmediatamente.
La reflexión de Tommy está basada en lo que dice la Biblia acerca del matrimonio y de la vida.
El matrimonio es un tesoro
El libro de Proverbios dice que encontrar a una esposa de carácter noble es como encontrar joyas invaluables.
Jesús luego dijo que si un hombre encuentra un tesoro enterrado en un campo, él sería sabio y vendería todo lo que tuviese para comprar ese campo y obtener el tesoro que contiene.
Basado en estos pasajes bíblicos y unos otros en las Escrituras relacionados al matrimonio, mi amigo sabiamente hace la analogía de que el matrimonio es como la búsqueda de un tesoro. El esposo y la esposa tienen un rol único en la búsqueda:
La tarea del esposo
El papel del esposo es buscar continuamente a su esposa. Debe tratarla con afecto y respeto como a un tesoro invaluable. Debe sacar a relucir su belleza interior por medio de sus palabras y acciones.
Como el hombre sabio que vendió todo lo que tenía para adquirir el tesoro, un esposo sabio debe estar dispuesto a sacrificarse continua y desinteresadamente por su esposa reconociendo que su compañía es de mucho más valor que cualquier otra posesión.
La tarea de la esposa
El papel de la esposa es siempre permanecer como esa preciosa "joya" que su esposo una vez buscó y encontró. Ella debe crecer continuamente en áreas de verdadero valor como la fe, compasión, carácter y disciplina.
Ella debe esforzarse para mejorar su belleza interior, pero porque esa belleza exterior se desvanece, ella debe esforzarse considerablemente más en desarrollar los rasgos de la belleza interior.
La parte más difícil de estas responsabilidades matrimoniales es que el esposo debe buscar y amar continuamente a su esposa incluso cuando ella no sea precisamente digna de amor y la esposa debe apoyar y respetar continuamente a su esposo incluso cuando él menos merezca su respeto.
Ambos deben escoger dar lo mejor de sí incluso cuando su pareja esté pasando por su peor momento. Deben luchar para sacar a relucir lo mejor del otro con amor desinteresado, fe incansable y compromiso inquebrantable.
Si ambos esposos se comprometen a esto, el matrimonio sobrevivirá CUALQUIER tormenta y prosperará durante toda la vida y será feliz en todo sentido.