En el matrimonio, a veces se caen en actitudes poco saludables. Conoce las malas actitudes que impiden hablar con amor a la pareja
Se necesita de amor y trabajo contante para tener un matrimonio saludable, pero es posible. Al igual que una buena nutrición y el ejercicio regular pueden ayudar a tener un cuerpo sano, hay cosas que se pueden hacer para tener un matrimonio sano y feliz. Una de las primeras cosas que se debe hacer es identificar aquellas malas actitudes que tenemos que nos impide hablar con amor a la pareja. Pues sabemos que la buena comunicación es la base de una sana relación.
Irresponsablemente, muchas veces los matrimonios caen en ciertas actitudes que lo único que hacen es complicar y dificultar la comunicación entre los esposos.
La capacidad de hablar y escucharse mutuamente con amor respecto es una de las claves de un matrimonio saludable. Nunca debes asumir que tu cónyuge sabe lo que estás pensando o sintiendo.
Aprender a escuchar realmente a la pareja con una buena actitud es una habilidad que puede requerir práctica.
18 malas actitudes queimpiden hablar con amor a la pareja.
Si realmente se quiere aprender a hablar con el lenguaje del amor a su pareja, será mejor que comiences a pensar muy seriamente en renunciar a varias cosas por el bien de tu matrimonio.
1. No reacciones tomando en cuenta el pasado.
Tal vez el verdadero motivo de la reacción que experimentas sea originado por situaciones antiguas que ya han quedado en el pasado, pero que al recordarlas, consciente o inconscientemente, nulificas a la otra persona.
2. Evita a toda costa el uso de expresiones ofensivas.
Nunca uses expresiones ofensivas, sobre todo las que se dicen con ironías. Mejor no las uses, ni con los demás, ni contigo mismo, en ningún momento si quieres hablar con amor a tu pareja.
Con esas frases "devastadoras" que tan hábilmente usas, y que sabes que llegan a la herida de la otra persona, a quien en realidad dañas, es a ti mismo.
3. No interrumpas la comunicación.
Abandonar abruptamente una conversación, es una manera de manifestar violencia en contra de la otra persona. Con los monólogos sucede lo mismo.
En el fondo, sólo se quiere tener "la última palabra", nulificando la perspectiva y argumentos de la otra persona, por lo que se toma la ruta fácil de suspender la conversación evitando encarar lo que atenta contra nuestro poder, menospreciando al otro con nuestra huida. Con esa actitud, sólo logramos quedarnos solos y te impiden hablar con amor a tu pareja
4. No vale la pena sermonear.
Sermonear sólo es una forma de persecución que agrede al otro, obligándolo a que te escuche, manipulando la conversación y haciendo que se comporte como tú deseas.
5. Es inútil vivir en el pasado.
Retomar rencillas o heridas del pasado para discutir sobre el incidente actual, no permite que sanen las lesiones de ninguna relación, el mejor instrumento para mantener una comunicación pulcra, es el perdón.
6. Despídete de la ironía y el sarcasmo.
El uso de frases irónico-sarcásticas no sólo reviste de agresividad lo que se quiere decir, sino que hace que la comunicación se transforme en violenta. Si realemente aspiras a un matrimonio feliz, elimina por completo el sarcasmo de tu vida. Es una mala actitud que impide hablar con amor a la pareja y resulta muy perjudicial para su relación.
7. ¿Necesitas tener siempre la razón?
Luchar por "tener la razón" es luchar por tener el poder en la conversación, lo cual te aleja de los demás, pues "ganar la pelea" por medio de la razón no te hará feliz.
8. Evita las justificaciones.
"Explicación no pedida, acusación manifiesta", dice el viejo refrán. Hacer aclaraciones que no se han solicitado, demuestra que te estás sintiendo atacado, por lo que te defiendes "a priori" en una reacción que es producto del miedo y la rabia.
9. Abstente de censurar los sentimientos ajenos.
Si respetas los sentimientos de los demás, compartiendo los propios y explorando lo que yace en el fondo, podrás conocer un poco mejor a la otra persona, entenderla y brindarle tu apoyo.
10. Nadie es infalible, "ni tú"
Frecuentemente debemos practicar la prudencia y ceder para llegar a un acuerdo, pues tú también te puedes equivocar
11. No es necesario levantar la voz.
El Amor nunca grita, por el contrario, susurra Generalmente no nos damos cuenta, pero cada vez que hablamos a gritos, estamos agrediendo a nuestro interlocutor.
12. ¿Para qué disfrazar mensajes?
Es mejor hablar con claridad, transparencia y verdad. Expresarse mediante "indirectas" verbales o no, no conduce a nada.
13. Discutir es un sano intercambio de opiniones, no un pleito verbal.
Detrás de toda discusión que se ha hecho repetitiva, generalmente se esconde un motivo totalmente distinto al que aparentemente generó la discusión, pero del cual no se expresó nada en el momento adecuado, y resulta evidente que aún quedaron cosas por decir.
14. Deja de acumular quejas, ofensas y resentimientos.
Si algo te ha molestado de la otra persona, háblalo en su momento, o hazlo a la brevedad posible, si hacerlo en el momento fuera inapropiado, pero no acumules motivos para discutir algo haciendo que la situación se complique.
15. Olvídate de siempre ganar las discusiones.
Cuando se gana una discusión, casi sistemáticamente pierdes mucho más de lo que puedes imaginarte
16. Renuncia a inferir amenazas o sembrar culpas.
Al amenazar o culpabilizar a los demás, sólo juegas con sus emociones, lo cual aprovechas en beneficio de tu ego, alimentándolo, sin darte cuenta que después, tu propio ego crecido se convertirá en tu peor enemigo.
17. No cedas a la tentación de asumir cosas y hacer suposiciones.
Generalmente las dudas nos hacen asumir o suponer aquello que no entendemos, y muchas cosas simplemente las damos "por hecho". Es preferible preguntar y aclarar las cosas para así tener certeza en lo que digas o hagas.
18. Mantén la discreción de tus discusiones.
No es necesario involucrar a terceras personas en una discusión, ni buscar que otros intercedan por ti o que se conviertan en tus defensores
Consecuencias de no hablar con amor al cónyuge.
Como resultado de tener cualquiera de estas actitudes, la comunicación se dificulta, lo cual acaba por separar a los cónyuges el uno al otro y consecuentemente, del amor.
Absolutamente todas y cada una de las personas que encontramos en nuestra vida representa una valiosa oportunidad de aprender algo.
Seguramente hay alguien en tu vida con quien te resulta particularmente difícil relacionarte. Tómalo como un reto de amor, porque esa persona en realidad te muestra hasta dónde eres capaz de amar, te muestra tu verdadero límite para amar a alguien.
Sin excepción, todas las personas, incluyéndote, dan o piden amor en cada situación de sus vidas. Por eso, cada estímulo de agresión que recibas, míralo como una imploración de amor por parte del "agresor" y responde ante dicho estímulo con amorosa comprensión.
Recuerda que cada vez que te "defiendes" con un ataque, a quien en realidad agredes es a ti mismo
Perdonar es ver la vida de otra manera, es verla desde el corazón, no desde la razón. Puedes pasarte la vida esperando que los demás cambien, y seguirás esperando, y los demás no cambiarán. Debes cambiar tú primero y amar más.
Eso que más te molesta de los demás, sí, de esa persona en la que estás pensando, es precisamente lo que más necesitas empeñarte en mejorar en ti mismo, pues la agresión que ves en el otro, en el fondo no es más que un reflejo de la agresión que no eres capaz ver en ti mismo, pero que conoces bien, por lo que la reconoces en el otro.
Para hablar con amor al cónyuge...
- Descubre lo que la otra persona siente. Identifica la causa de esa emoción.
- Encuentra a dónde quiere en realidad llegar
- Permite que el otro exprese lo que siente
- No dejes envejecer los problemas.
Oración para sanar un matrimonio de malas actitudes.
Señor mío, quiero poner nuestro matrimonio en tus manos, esas manos amorosas que todo lo sana.
Te abro mi corazón y permito que la sanación comience conmigo. Yo también tengo mucho que mejorar. Ten piedad de mí, Señor, un cónyuge que ha fallado tantas veces en demostrar Tu amor a través de mis palabras y acciones
Quiero amar a mi cónyuge como Tú me amas. Ayúdame. Quiero entregártelo también en tus manos para que los libres de esas heridas que también necesitan ser sanadas.
Vacíame de mis egoísmos para poder llenarme de todas las bendiciones que quieras darme. Quiero ser un recipiente de Tu amor para así poder infundir alegría, paz, paciencia, bondad, bondad, fidelidad, gentileza y autocontrol en la vida de mi cónyuge. Utilízame como así lo desees.
Quiero amar de tal manera que mi cónyuge se sienta inspirado a alabarte y sea transformado por Ti. Aleja de nosotros toda mala actitud que nos impide hablar con amor el uno al otro.
Confiamos en ti Señor, confiamos en tu amor restaurador. Amén.
Tu puedes generar grandes cambios en tu matrimonio si primero te decides a cambiar tu propia forma de actuar y das ese paso ahora mismo. Si quieres mejorar tu matrimonio, entonces procura hablar con amor a tu cónyuge y elimina esas malas actitudes de tu vida que no te hacen bien ni a ti mismo ni a los demás, sobre todo a los que te aman.