Para el hombre es más difícil evitar actos y deseos impuros, por eso esta sencilla oración puede ayudarle en esta lucha por la pureza y protección contra tentaciones
Oración de un hombre para luchar por su pureza contra tentaciones.
La batalla que enfrentamos en estos tiempos por la pureza, es una verdadera guerra, una lucha interna en la que se ponen a prueba todas nuestras virtudes. Esta es una guerra que de seguro será muy agotadora, y si anteriormente has caído en pecados de impureza será además una lucha más dura y dolorosa, con muchas cruces y obstáculos por superar.
Cuanto más el hombre se ha entregado a sus pecados, convirtiéndolos en algo cotidiano, más difícil le será romper estas cadenas. Sin embargo, Cristo nos da la fuerza, guiándonos en la batalla. Recuerda sus palabras: "Carguen con mi yugo y aprendan de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera". (Mateo 11,29-30)
En nuestros días, la virtud de la pureza está siendo severamente golpeada. Es casi imposible ver la televisión, escuchar la radio, navegar por Internet, o incluso salir por un poco de sano esparcimiento sin tener nuestros sentidos abofeteados por las perversiones, lujurias y todo el libertinaje en todas sus formas, a nuestro alrededor.
Debido a que constantemente nos vemos casi obligados a contemplar estas intrusiones ofensivas, pasamos los días aturdidos por ella. Esta es la razón por las cuales, como buenos soldados de Cristo, debemos colocarnos la armadura de la fe, dejar atrás vicios y errores y recuperar lo que se perdió.
Te invitamos a que, todos los días al levantarte, realices esta breve oración originalmente publicada en el Blog de la Opción V, para luchar por tu pureza
Oración de un hombre por la pureza.
Señor Jesús, Tú me has enseñado que estoy hecho para amar y ser amado, y que el amor verdadero solo puede florecer allí donde hay pureza, respeto y dominio de sí. Ayúdame a ser hombre de verdad, a defender a las mujeres, a luchar por su dignidad e integridad.
Ayúdame, querido Señor, a purificar también cada vez más mi mirada para ver a las mujeres no como un objeto de placer, sino como hijas amadas de tu Padre.
Ayúdame a vivir la castidad con mi enamorada (novia), a demostrarle que por amor a ella estoy dispuesto a dominarme a mí mismo y esperar hasta el matrimonio para crecer en un amor más puro, libre y maduro.
Fortaléceme, Señor, para que pueda cuidar mi pureza en medio de una civilización saturada de elementos de hedonismo, egocentrismo y sensualidad.
De la pornografía ayúdame a huir, con la conciencia de que es un veneno y una plaga que destruye a las personas y degrada mi capacidad de amar. Señor, yo te prometo luchar con firmeza; concédeme Tú la gracia para vivir la castidad de mente, corazón y cuerpo, y así poder amar cada día más con un amor que se asemeje cada vez más al Tuyo. ¡Que así sea siempre! Amén.