Si estás cometiendo alguno de estos graves errores, es el momento de resolverlos para ser los esposos y padres que nuestras familias merecen
Como he interactuado con miles de parejas casadas, tanto en persona como en línea, me he dado cuenta de algunos malos hábitos que muchos esposos tienen y que están saboteando sus sus matrimonios. Obviamente, muchas mujeres también tienen comportamientos poco sanos para su relación, pero me voy a centrar en esta ocasión en algunos de los hábitos más comunes y destructivos de los hombres casados.
Este artículo no tiene la intención de golpear a los hombres, pues yo soy hombre y también lucho con las cosas de esta lista, más bien pretenden ser una llamada a la acción para nosotros, para realizar algunos reajustes radicales por el bien de nuestros matrimonios y familias.
Esto no es una lista exhaustiva, pero estos son algunos de los malos hábitos más comunes de muchos hombres casados. Si alguno de ellos está ocurriendo en tu matrimonio, por favor toma las medidas inmediatas para corregir estos problemas.
9 cosas que los hombres casados deben dejar de hacer
Si eres mujer y estás leyendo esto, te invito a leer mi post (9 cosas en las que tu esposo está pensando continuamente), para que puedas comprender mejor el pensamiento masculino y mejorar la comunicación en tu matrimonio.
1. Enstusiasmarte más por los hobbies
Entusiasmarte por el "Futbol Fantasy" o cualquier deporte, más que lo que lo haces por tu esposa e hijos.
Mientras escribo esto, es temporada de fútbol y yo soy un fanático, pero estoy impresionado por la cantidad de tiempo, esfuerzo, energía, dinero y entusiasmo que tantos hombres invierten en el fútbol de fantasía. Chicos, "Fantasía" en el nombre, por lo que ni siquiera es real.
Está bien ser fans de algún equipo, pero no podemos vivir a través de los atletas profesionales durante toda la temporada de fútbol a expensas de nuestros seres queridos.
Pongamos más entusiasmo en nuestras vidas reales que en las estadísticas deportivas.
2. Mirar cosas pornos
Esto va a tocar muchas sensibilidades porque millones de personas (la mayoría de ellos hombres) miran porno con regularidad y no ven nada malo en ello.
He profundizado más respecto a esto en otros artículos, pero en pocas palabras, la pornografía nos desensibiliza de la intimidad real. Es una forma de infidelidad virtual, y es una "droga de entrada" hacia otros comportamientos que destruyen el matrimonio.
El matrimonio requiere la monogamia, y la monogamia debe ser mental, así como física. En vez de vivir en el mundo porno de fantasía, trabaja en construir una intimidad sexual más fuerte en tu propio matrimonio; por supuesto, sin ensuciar tú intimidad matrimonial con la pornografía.
3. No prestar atención a tu esposa
Soñar despierto y distraerte cuando tu esposa está hablando contigo.
Hombres y mujeres procesamos la comunicación de diferentes maneras, pero ambos cónyuges tienen que hacer un esfuerzo consciente para conectarse con el otro.
Los hombres podemos tener una tendencia a distraernos durante las conversaciones, pero nuestras mujeres necesitan y merecen toda nuestra atención.
No seamos como zombies en piloto automático en nuestras conversaciones con ellas, es necesario que estemos totalmente presentes.
Recuerda, la necesidad de tu esposa por una comunicación significativa es tan fuerte como tu necesidad de sexo. Eso debería ayudarte a poner en perspectiva que tan importante es esto para ella.
4. Enojarte con tus hijos por cosas que tú también haces.
Me sorprendo a mí mismo haciendo esto todo el tiempo. Podemos caer fácilmente en la mentalidad de exigir a nuestros hijos el "haz lo que digo" en lugar de "Haz lo que hago", pero la verdad es que los niños necesitan nuestro ejemplo mucho más que nuestras instrucciones.
No podemos decirles que no digan malas palabras o maldiciones cuando estamos haciendo lo mismo frente a ellos.
No podemos exigirles que controlen su temperamento cuando ventilamos nuestra ira todo el tiempo. Tenemos que practicar lo que predicamos si esperamos tener alguna credibilidad a largo plazo.
5. Mirar con deseo a otras mujeres.
Éste tiene muchas similitudes con el # 2 (mirar porno), pero aparte también crea otros problemas.
Cuando miramos poco apropiadamente a otras mujeres en público, estamos irrespetando públicamente nuestras esposas y a la vez tratamos a las otras mujeres como objetos. Vigila hacia donde van tus ojos.
No balancees tu cabeza en torno a cada mujer con pantalones ajustados. Debes tener más respeto por tu esposa.
6. No usar tu anillo de bodas.
Éste punto puede ser polémico, pero soy un fiel defensor de usar el anillo de bodas.
Lo creas o no, una de las primer cosas que las mujeres prestan atención es en si llevas o no un anillo y, tomando eso en cuenta, ellas harán algunas suposiciones acerca de tu "disponibilidad" o incluso tu compromiso con tu matrimonio, basado en la presencia o ausencia del anillo.
Lléva puesto tu alianza tan a menudo como puedas.
7. Dar a tu carrera y aficiones lo mejor de ti, y a tu esposa las sobras.
Todos hemos sido culpables (a veces) de dar nuestros mejores esfuerzos a otras personas y actividades y luego dar las sobras a aquellos quienes realmente importan.
Vamos a hacer todo lo posible para dar nuestra mejor energía y tiempo a nuestras familias.
Ama a tu familia más de lo que amas tus posesiones, carrera o hobbies. Estas otras cosas no podrán devolverte amor.
8. Mirar el teléfono más de lo que haces contacto visual con tu familia
No quiero que los primeros recuerdos que mis hijos tengan de mi sean de la parte superior de mi cabeza mientras miraba el celular o la laptop.
Esta es una lucha para muchos hombres (incluyéndome a mí), porque sentimos la presión de estar constantemente conectados con el mundo y, a veces, incluso se siente como una necesidad de trabajar para proveer para nuestras familias.
Aun así, tenemos que crear límites claros para apagar los equipos electrónicos tan a menudo como sea posible y poder estar completamente presentes y comprometidos en casa.
9. Esperar que tu esposa haga todas las labores del hogar.
Las estadísticas muestran que incluso en los hogares donde tanto el esposo como la esposa trabajan a tiempo completo fuera del hogar, la mujer sigue haciendo la gran mayoría de las tareas domésticas en la casa.
Caballeros, tenemos que esforzarnos más en esto (estoy hablando conmigo mismo también). Tu esposa no es tu criada. Dale el respeto y el apoyo que se merece ayudando en las labores de la casa (y en todas las otras áreas también).
Hombres, si estás cometiendo alguno de estos graves errores, es el momento de resolverlos para ser los esposos y padres que nuestras familias merecen.
Debemos amarlos, protegerlos, proveerlos y servirles en la medida de nuestras posibilidades.
Vamos a asegurarnos de que nuestras acciones y palabras les comuniquen nuestro amor y compromiso eterno. ¡Ellos necesitan y merecen nuestro mejor esfuerzo!