¿Cuál es la mejor forma de mostrar a Cristo? Con Alegría

La mejor forma de mostrar a Cristo es a través de la Alegría. Un cristiano alegre es un cristiano lleno de amor, de fe y esperanza, capaz de mostrar lo bueno, aún en medio de las dificultades de la vida. En su Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium, habla sobre esta alegría de un modo que debemos vivirla. Él expresa en uno de sus pasajes:

"El Evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz de Cristo, invita insistentemente a la alegría. Bastan algunos ejemplos: «Alégrate» es el saludo del ángel a María (Lc 1,28). La visita de María a Isabel hace que Juan salte de alegría en el seno de su madre (cf. Lc 1,41). En su canto María proclama: «Mi espíritu se estremece de alegría en Dios, mi salvador» (Lc 1,47). Cuando Jesús comienza su ministerio, Juan exclama: «Ésta es mi alegría, que ha llegado a su plenitud» (Jn 3,29). Jesús mismo «se llenó de alegría en el Espíritu Santo» (Lc 10,21). Su mensaje es fuente de gozo: «Os he dicho estas cosas para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría sea plena» (Jn 15,11). Nuestra alegría cristiana bebe de la fuente de su corazón rebosante. Él promete a los discípulos: «Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría» (Jn 16,20)".

- Papa Francisco, Evangelii Gaudium. I.5.

La mejor forma de mostrar la alegría.

Desde muy pequeño, Don Bosco imprime un toque original a su misión. Preocupado porque sus compañeros se acerquen más a Dios y comprendan el mensaje que se anuncia en la Iglesia, aprende a realizar los juegos de los malabaristas que se presentaban en las plazas a la hora de la misa y atraían para sí la atención de la gente.

De esta forma, Juan Bosco intuye una idea exitosa "evangelizar divirtiendo". Presta mucha atención al actuar de los malabaristas, y con su gran ingenio artístico, aprende los diversos ejercicios por cuenta propia: camina sobre la cuerda, hacer aparecer y desaparecer cosas.

Se presenta ante sus compañeros captando su atención y es ahí cuando les repite las ideas de la homilía escuchada en la Iglesia o les narra historias edificantes para la vida.

Desde esta iniciativa infantil se irá gestando lo que luego representó el Oratorio Salesiano. La alegría será un elemento indispensable para hacer efectiva y eficaz su propuesta evangelizadora y educativa.

Llegarán a comprender sus alumnos que la santidad consiste en estar siempre alegres y el patio salesiano será siempre el imán que atrae a la más diversa multitud de jóvenes, sabiendo que en él se pueden divertir sanamente y pasarla bien entre amigos.

La propuesta de Dios es "buena noticia" que llena de esperanza y alegría el corazón. Anunciamos al Dios de la creación y la Resurrección; a Aquél que no abandona la oveja perdida y tiene preparado un banquete para nosotros. No siempre nuestra manera de presentar el mensaje de Dios, transmite esta alegría cautivadora por la vida plena.

En muchas ocasiones resaltamos otros aspectos, le imprimimos matices demasiado tenues y enfocamos el mensaje esperanzador desde otra perspectiva, de castigo o de miedo, logrando desanimar a quien nos escucha.

Presentamos esta "Buena Noticia", pero sin cuidar suficiente la manera de hacerla más atractiva para captar la atención de quienes la necesitan.

En el fondo parece que vivimos nuestra religión como un cumplimiento y no como la experiencia festiva de los hijos que saben que hay un Padre Dios que los cuida y les hará superar cualquier dificultad, siempre que nos confiemos a sus cuidados.

Dios es fuente de gozo que cautiva cualquier corazón. Tenemos que ahondar cada vez más en el misterio de su amor y esforzarnos por transmitirlo con la alegría que se merece, así como lo hizo San Juan Bosco

Para reflexionar.

• ¿El Evangelio llena de alegría mi vida? ¿Lo transmito de esa manera a quienes comparten conmigo?
  
  
• ¿Muestro a Cristo también a través de mis acciones realizadas de buena manera?

Oración para mostrar a Cristo con alegría

Gracias Señor Dios, por ser la fuente de toda nuestra alegría y esperanza, al saber que en tu inmenso amor cuidas de nosotros y nos tienes preparada una gran Fiesta en el Cielo.

Tú nos enseñaste, con la muerte y resurrección de Jesús, que todo lo creaste para la felicidad y que no te dejarás vencer por ningún obstáculo del mal; que tu tiempo es perfecto y que escribes derecho en renglones torcidos

Ayúdanos a aceptar que eres Tú quien debe llevar el volante, de modo que podamos abandonarnos así a la novedad de cada día, confiados en tu amor.

Que como Don Bosco podamos estar siempre alegres, aún en los momentos más difíciles, y que es forma de mostrar la alegría nos impulse a proclamar, de la manera más variada y atractiva, ésta feliz noticia de tu amor.