Papa Francisco: Se obedece a Dios primero antes que a los hombres. Debemos estar dispuestos a obedecer, tener la valentía de cambiar
"El diálogo se hace con Dios y con los hermanos. Y esta furia y el deseo de hacer callar a todos los que predican, en este caso la novedad de Dios, es decir, que Jesús ha resucitado, es claramente el signo de que no se sabe dialogar, que una persona no está abierta a la voz del Señor... e obedece a Dios primero antes que a los hombres", es parte de los expresado por el Papa Francisco durante su homilía de la Misa realizada en la Capilla de Santa Marta en el Vaticano
Además el Papa Francisco también reflexionó sobre el tema de la obediencia y ser valiente en lo que el Señor nos pide. A continuación la reflexión del Papa Francisco:
Papa Francisco: Quien obedece tiene vida eterna.
La obediencia muchas veces nos conduce por una senda que no es la que yo pienso que debe ser: existe otra, la obediencia de Jesús que dice al Padre en el huerto de los Olivos "que se cumpla tu voluntad".
Obrando así, Jesús obedece y nos salva a todos. Por lo tanto, debemos estar dispuestos a obedecer, tener la valentía de cambiar de camino cuando el Señor nos lo pide.
Y por ello quien obedece tiene la vida eterna; y quien no obedece, la ira de Dios permanece en él.
Celo contra los que predican el amor de Dios
Precisamente en este marco, podemos reflexionar sobre el diálogo entre los apóstoles y los sumos sacerdotes (Hechos 5,27-33) Una historia que había iniciada poco antes, en el mismo capítulo quinto de los Hechos de los apóstoles.
Así pues, retomando el tema, los apóstoles predicaban al pueblo y con frecuencia se reunían en el pórtico de Salomón. Todo el pueblo iba allí a escucharlos: hacían milagros y el número de los creyentes crecía.
Pero un pequeño grupo no se atrevía a unirse a ellos por temor, estaban lejos. Sin embargo, también de los sitios vecinos, de los poblados vecinos, llevaban a los enfermos a las plazas, en camillas, para que al pasar Pedro al menos su sombra los cubriese un poco y los sanara... Y se sanaban
Y así, continua la narración de los Hechos, los sacerdotes y el grupo dirigente del pueblo se enfureció, de hecho tenían muchos celos porque el pueblo seguía a los apóstoles, los exaltaba, los loaba.
Y así dieron orden de meterlos en la cárcel. Pero por la noche el ángel de Dios los libera, y no es la primera vez que hará esto. Por eso cuando por la mañana los sacerdotes se reúnen para juzgarlos la cárcel estaba cerrada, toda cerrada y ellos no estaban. Después tienen conocimiento de que los apóstoles habían regresado allí, al pórtico de Salomón, a predicar al pueblo. Y los convocaron de nuevo a su presencia.
Papa francisco: Se obedece a Dios primero antes que a los hombres
El pasaje de los Hechos cuenta lo que sucede en aquel momento: los comandantes y los sirvientes condujeron a los apóstoles y los presentaron en el Sanedrín. Y, se lee también en la Escritura, el sumo sacerdote los interrogó diciendo:
"¿No les habíamos prohibido expresamente enseñar en ese nombre? Y han llenado Jerusalén con sus enseñanza y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre".
A estas acusaciones Pedro responde:
"Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres".
Y así repite la historia de salvación hasta Jesús. Pero al oír este kerigma de Pedro, esta predicación de Pedro sobre la redención realizada por Dios a través de Jesús al pueblo, los miembros del Sanedrín se enfurecieron y querían matarlos.
En realidad, fueron incapaces de reconocer la salvación de Dios aun siendo doctores que habían estudiado la historia del pueblo, habían estudiado las profecías, habían estudiado la ley, conocían casi toda la teología de pueblo de Israel, la revelación de Dios, sabían todo: eran doctores.
La pregunta es: ¿por qué esta dureza de corazón?. Sí, su dureza no es dureza de mente, no es una simple testarudez. La dureza está en su corazón.
Y entonces se puede preguntar: ¿cómo es el recorrido de esta testarudez total de mente y corazón? Cómo se llega a esto, a esta cerrazón, que incluso los apóstoles tenían antes de que llegara el Espíritu Santo. Tanto que Jesús dice a los dos discípulos de Emaús:
"Necios y torpes para entender las cosas de Dios".
Cerrados al diálogo, cerrados a los signos de Dios
En el fondo, la historia de esta testarudez, el itinerario, es cerrarse en sí mismos, no dialogar, es la falta de diálogo. Eran personas que no sabían dialogar, no sabían dialogar con Dios porque no sabían orar y escuchar la voz del Señor; y no sabían dialogar con los demás.
Esta cerrazón al diálogo les llevaba a interpretar la ley para hacerla más precisa, pero estaban cerrados a los signos de Dios en la historia, estaban cerrados al pueblo: estaban cerrados, cerrados. Y la falta de diálogo, esta cerrazón de corazón, los llevó a no obedecer a Dios.
Por lo demás, este es el drama de estos doctores de Israel, de estos teólogos del pueblo de Dios: no sabían escuchar, no sabían dialogar. Porque el diálogo se hace con Dios y con los hermanos.
Y esta furia y el deseo de hacer callar a todos los que predican, en este caso la novedad de Dios, es decir, que Jesús ha resucitado, es claramente el signo de que no se sabe dialogar, que una persona no está abierta a la voz del Señor, a los signos que el Señor realiza en el pueblo.
Por lo tanto, no tienen razón, sino que llegan a estar furiosos y a querer matar a los Apóstoles. Es un itinerario doloroso también porque estos son los mismos que pagaron a los guardias del sepulcro para hacer decir que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús: hacen de todo para no abrirse a la voz de Dios.
Pidamos por los maestros, por los doctores, por los que enseñan al pueblo de Dios, para que no se cierren, para que dialoguen, y así se salven de la ira de Dios que, si no cambian de actitud, pesará sobre ellos